El viejo adagio de que “una imagen vale más que mil palabras” es cierto en la era de los teléfonos inteligentes, en la que todo el mundo puede tomar una foto y compartirla para que el mundo la vea. La capacidad de captar imágenes sobre el terreno en Ucrania ha cambiado sin duda la forma de informar sobre el conflicto.
El martes, una presentación fotográfica de Reuters titulada “Ucrania se está convirtiendo en un vertedero de tanques rusos” mostraba imágenes de docenas de vehículos blindados destruidos, cascos oxidados y torretas reventadas. Los tanques destruidos se han convertido en una curiosidad para los lugareños, algo a lo que los niños pueden subirse y, sobre todo, algo parecido a trofeos con los que los soldados ucranianos pueden posar.
Estas imágenes son sin duda un golpe de propaganda para los ucranianos y una vergüenza nacional para Rusia, ya que los funcionarios del Kremlin probablemente esperaban que los vehículos rodaran por las calles de Kyiv y Kharkiv en desfiles de victoria.
En cambio, los tanques ensucian el campo ucraniano y nos recuerdan lo mal que le ha ido a Rusia en la guerra de Ucrania.
Fallo de la caja de sorpresas
Muchos de esos tanques han sido destruidos con sus torretas desprendidas del casco debido al almacenamiento de munición dentro de dichas torretas. Se trata de un defecto que los ejércitos occidentales conocen desde hace décadas y que se descubrió por primera vez durante la Guerra del Golfo con los carros de combate iraquíes T-72 (MBT), pero que al parecer fue subestimado por los rusos.
“Lo que estamos presenciando con los tanques rusos es un defecto de diseño”, dijo Sam Bendett, asesor del grupo de investigación de defensa Center for Naval Analyses, a la CNN a principios de este mes. “Cualquier impacto exitoso… rápidamente, enciende la munición causando una explosión masiva, y la torreta es literalmente volada”.
Fuego y azufre
Las fuerzas ucranianas que emplean armas antitanque portátiles, como la FGM-148 Javelin estadounidense, la NLAW británica y la Carl Gustav sueca, han sido las responsables de la mayoría de las bajas rusas.
Sin embargo, el miércoles también se informó de que las fuerzas armadas de Ucrania parecían haber utilizado un misil Brimstone de fabricación británica por primera vez en el conflicto.
Un instructor de combate ucraniano compartió imágenes de un dron en las que se veía cómo dos misiles impactaban en vehículos militares en rápida sucesión, según el periódico británico Daily Mail. El Brimstone había sido adaptado para ser disparado desde pequeños vehículos en el campo de batalla ucraniano en lugar de ser utilizado desde aviones de guerra, drones o buques de guerra, como fue diseñado inicialmente. Se cree que es la primera vez que los misiles se disparan desde tierra en un combate real.
El Brimstone, de 175.000 libras (215.000 dólares), entró en servicio en 2005, con una versión actualizada suministrada a la RAF hace seis años. Se trata de un misil de “disparo y olvido”, que puede alcanzar su objetivo después de haber sido lanzado sin necesidad de intervención, ya que utiliza un sistema de guía por láser o un sistema de puntería autónomo.
Aumentan las pérdidas rusas
El ejército ucraniano ha afirmado que Rusia ha perdido 1.235 tanques, 3.009 vehículos blindados de combate, 578 sistemas de artillería, 198 sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, 90 sistemas antiaéreos, 201 aviones de guerra, 167 helicópteros, 2.109 vehículos de motor y camiones cisterna, 13 buques, 436 vehículos aéreos no tripulados, 43 unidades de equipo especial y 97 misiles de crucero.
Rusia lanzó su invasión no provocada e injustificada de Ucrania el 24 de febrero en lo que el Kremlin llama ahora una “operación militar especial” para “proteger Donbas”.