El Pentágono continúa la actualización de motores del F-35, afrontando posibles cortes presupuestarios y retrasos legislativos.
Continuidad en la modernización del F-35 frente a obstáculos legislativos
El esfuerzo de El Pentágono por modernizar los propulsores del F-35 persiste, a pesar de las advertencias sobre potenciales déficits financieros derivados del estancamiento presupuestario en El Congreso. Esta situación amenaza con paralizar los fondos destinados al ejercicio fiscal de 2024, poniendo en riesgo el flujo económico necesario para sostener el programa de mejoras.
Jen Latka, vicepresidenta del programa F135 en Pratt & Whitney, ha comunicado a la prensa que, aunque se anticipa una resolución de continuidad, no se espera que esta afecte el cronograma de introducción de los motores mejorados en la flota para el año 2029. Sin embargo, la compañía aún no ha delineado un plan de contingencia para un escenario de recortes presupuestarios extremos por parte del Congreso.
Actualmente, el proyecto denominado Engine Core Upgrade (ECU), se encuentra en su etapa de diseño preliminar, con expectativas de finalizar la revisión oficial en mayo, levemente desfasado respecto a la meta inicial de enero. La fase de diseño concluirá a mediados de 2025, con el primer motor a ser probado en 2026, y la entrega de los motores finales prevista para 2029.
Implementación de tecnología digital en la evolución del F-35
La firma Pratt & Whitney está empleando tecnología de modelado completamente digital para el desarrollo del ECU, lo cual permite optimizar tiempos y facilitar ajustes en el diseño. Este enfoque de ingeniería de sistemas basada en modelos asegura que cualquier modificación en el diseño se refleje automáticamente en un análisis integrado que abarca desde la estructura hasta el comportamiento térmico del motor.
La actualización permitirá la sustitución sencilla de módulos de potencia, ofreciendo una solución versátil tanto para los nuevos reactores producidos por Lockheed Martin como para el reequipamiento de unidades existentes. Esto asegura una integración ágil del ECU en diferentes escenarios operativos, desde la producción hasta el mantenimiento y la logística en línea de vuelo.
Además, se contempla una mejora en el sistema de refrigeración del avión, esencial para adaptarse a futuras actualizaciones. Aunque aún no se ha definido un proceso de licitación, tanto Honeywell como Collins Aerospace, ambas filiales de RTX, ya están posicionándose para ofrecer soluciones innovadoras al sistema de gestión térmica y de potencia (PTMS) del avión.
Avances y futuras aplicaciones del motor del F-35
Mientras se finaliza el diseño de la actualización del motor del F-35, Pratt & Whitney también está trabajando en el desarrollo de propulsores para la próxima generación de cazas, bajo el programa Next Generation Adaptive Propulsion (NGAP). Este proyecto, de alta clasificación, contempla la creación de prototipos que se extenderán hasta finales de la década, financiado por el Ejército del Aire y con la participación de General Electric como otro de los proveedores clave.
La estrategia de desarrollo del NGAP se apoya significativamente en la creación de prototipos digitales, aunque se anticipa la construcción de prototipos físicos antes del término de la década. Esta metodología no solo agiliza el diseño y la fabricación, sino que también mejora la inspección y la calidad del producto final, alineándose con los requerimientos digitales del programa de prototipos.
Este enfoque dual, que combina la agilidad del modelado digital con la verificación mediante prototipos físicos, subraya el compromiso de Pratt & Whitney con la innovación y la excelencia en el desarrollo de soluciones de propulsión avanzadas para el futuro de la aviación militar.