El MiG-21, un caza avanzado de segunda generación, continúa en servicio en diversos países, casi siete décadas después de su primer vuelo. Este avión ha logrado permanecer en actividad, a pesar de su balance de bajas aire-aire poco favorable y de las mejoras tecnológicas en el mundo de la aviación.
El MiG-21 y su legado
Este avión de combate surgió de plataformas soviéticas anteriores como el MiG-15, MiG-17 y MiG-19. Fue el primer fuselaje soviético que combinó con éxito las características de caza e interceptor, marcando un hito en la historia de la aviación soviética.
El MiG-21 pudo competir con cazas como el F-5 Freedom Fighter estadounidense, el F-104 Starfighter y el Dassault Mirage III francés, gracias a su capacidad de alcanzar velocidades de Mach 2 y su turborreactor de postcombustión de baja potencia.
En cuanto a su armamento, podía llevar un cañón interno y entre dos y seis misiles. Sin embargo, su corto alcance era similar al de otros interceptores de la época.
Producción y despliegue del «Fishbed»
Entre los años 50 y mediados de los 80, la Unión Soviética produjo más de 10.000 unidades del MiG-21, conocido también como «Fishbed» por la OTAN. Checoslovaquia e India también adquirieron más de 800 Fishbeds, gracias a acuerdos de licencia y transferencia de tecnología.
El MiG-21 fue desplegado en numerosas fuerzas aéreas, y hasta la fecha sigue en servicio en 18 países alrededor del mundo.
Desempeño en combate y limitaciones
A pesar de sus avances tecnológicos, el MiG-21 tuvo un balance de bajas aire-aire bastante pobre. Durante la Operación Tormenta del Desierto, Irak perdió cuatro Fishbeds a manos de cazas estadounidenses.
Entre las limitaciones del diseño del MiG-21 se encuentran un radar de a bordo prácticamente inútil, una capacidad de combustible extremadamente limitada y problemas al aterrizar en vacío si se quedaba sin combustible cerca de su base aérea.
El futuro del MiG-21
El desempeño del MiG-21 en Oriente Medio demostró que los cazas soviéticos estaban perdiendo terreno en la competición aérea frente a Estados Unidos.
A pesar de esto, el avión sigue volando en aproximadamente cuarenta fuerzas aéreas y continúa prestando servicio en todo el mundo.
Un legado que perdura
El MiG-21, a pesar de sus limitaciones y desempeño en combate, sigue siendo un símbolo de la aviación soviética y una muestra de la resistencia de un diseño que ha logrado perdurar a lo largo de los años.
Aunque pueda considerarse obsoleto en comparación con las tecnologías actuales, su legado y su presencia en varias fuerzas aéreas del mundo mantienen vivo el recuerdo de una época en la que el MiG-21 marcó un hito en la historia de la aviación.