El Su-57 ruso ha sido utilizado en Ucrania para ataques más allá del alcance visual, pero surgen dudas sobre su efectividad.
El Su-57 y el misil Kh-59M2: su supuesta exclusividad en debate
El Ministerio de Defensa ruso ha confirmado el uso del caza Su-57 Felon en operaciones en Ucrania, específicamente para realizar ataques fuera del alcance visual. No obstante, la verificación de esta información es compleja, incluso considerando los posibles ataques rusos con el misil de crucero Kh-59M2, que supuestamente ha sido diseñado exclusivamente para el Su-57. La razón detrás de esta exclusividad es una prueba llevada a cabo en 2019 en Siria, donde, según informes rusos, el Su-57 lanzó el misil Kh-59M2. Sin embargo, se ha informado que otros aviones de combate, como el Su-30 y el Su-34, también tienen la capacidad de desplegar este misil.
Peter Suciu, un escritor de Michigan, ha planteado que, incluso si las declaraciones de los militares rusos sobre las capacidades de ataque más allá del alcance visual son precisas, estas no favorecen la imagen del Kremlin. Aunque el Su-57 es alabado por sus características furtivas y capacidades avanzadas, Suciu subraya que algunos expertos occidentales consideran que la sección transversal del radar y el diseño general del Su-57 no cumplen con los requisitos de un caza de quinta generación. Esto le otorga menos invisibilidad que su homólogo estadounidense, el F-35. Además, los problemas de Rusia para fabricar en masa el Su-57 han disminuido su impacto en el ámbito militar.
El autor destaca que “el despliegue limitado del Su-57 en Ucrania sugiere que incluso Moscú puede no confiar completamente en las supuestas capacidades furtivas del caza”. Añade que “parece que los funcionarios rusos tienen suficientes dudas sobre su eficacia furtiva como para evitar desplegarlo en territorios controlados por el enemigo”.
El Su-57: ¿Realmente un caza de quinta generación?
El escepticismo sobre el Su-57 no se limita únicamente a expertos occidentales. El analista militar ruso Vladimir Tuchkov ha argumentado que el Su-57 no cumple con los criterios estándares de un caza de quinta generación, especialmente en términos de sigilo. Tuchkov señaló que las toberas de los motores del Su-57 no están ocultas dentro del fuselaje, lo que aumenta la visibilidad de la aeronave en el radar enemigo. Además, el analista indicó que el uso de materiales compuestos en el Su-57 es menor en comparación con otros aviones furtivos, lo que debilita aún más su capacidad para evadir radares.
Por su parte, Alexey Ramm, otro analista de defensa ruso, ha subrayado la carencia de tecnología furtiva avanzada en el Su-57, en comparación con cazas occidentales como el F-22 Raptor. Según Ramm, la sección transversal de radar del Su-57 es significativamente más grande que la del F-22, facilitando su detección por parte de radares enemigos. Mikhail Khodaryonok, un coronel retirado del ejército ruso y analista militar, ha señalado además que el desarrollo del Su-57 se ha visto obstaculizado por numerosos retrasos y problemas técnicos, particularmente relacionados con los motores.
El avión, que Rusia promueve como un caza de quinta generación, ha sido objeto de un análisis crítico tanto por parte de expertos occidentales como rusos. Algunos de estos expertos afirman que el diseño del Su-57 refleja más características típicas de los aviones de cuarta generación, en lugar de las cualidades esperadas en un caza de quinta generación.
Los retos en la producción y despliegue del Su-57
Varios analistas rusos, como Oleg Katkov, han puesto de manifiesto las limitaciones del Su-57, especialmente en términos de su producción y operatividad. Katkov ha mencionado que Rusia ha enfrentado dificultades significativas para producir en serie el Su-57, con solo un pequeño número de estos aviones en servicio, muchos de los cuales aún son prototipos. Este bajo nivel de producción genera dudas sobre la capacidad del Su-57 para ser considerado un caza de quinta generación completamente funcional.
Los problemas relacionados con la capacidad furtiva del Su-57, los obstáculos en la producción en masa y los elementos de diseño que recuerdan a cazas de cuarta generación han alimentado el debate sobre la verdadera clasificación del Su-57. La estrategia de despliegue de Rusia, que evita con frecuencia la participación directa del Su-57 en zonas de conflicto, alimenta aún más el escepticismo en torno a las capacidades reales del avión.
Suciu concluye que, además de los desafíos mencionados, un problema adicional clave radica en la cantidad de aviones disponibles. Según él, Rusia no ha logrado establecer una producción en serie efectiva, habiendo construido menos de una docena de unidades. Aun si estos aviones cumplieran con todas las expectativas, su número sería insuficiente para lograr el cambio radical que Moscú promete. En términos más claros, Suciu sostiene que Estados Unidos probablemente habría cancelado un proyecto similar en varias ocasiones, pero el Kremlin parece haber comprometido tanto su reputación que su única opción ahora es continuar y esperar lo mejor.