Fuentes de seguridad y gubernamentales de Israel confirmaron al Jerusalem Post el viernes que “Israel respondió con la misma medida en que fue atacado”, citando el principio de “ojo por ojo, diente por diente”.
A pesar de las represalias, Israel oficialmente no se atribuirá la responsabilidad del ataque por motivos estratégicos. Las fuentes señalaron que Irán ha calificado el incidente como una “explosión en una fábrica” en un esfuerzo por evitar una mayor escalada.
La revelación por parte del Pentágono a medios estadounidenses sobre la implicación de Israel en el ataque ha generado incertidumbre entre fuentes israelíes, quienes consideran que se podría haber mantenido la discreción para preservar la dignidad de Irán y evitar un agravamiento de la guerra.
Diplomacia y seguridad en alerta máxima en Tel Aviv
En la base militar de Kirya, ubicada en Tel Aviv, el primer ministro Benjamín Netanyahu, junto con la cúpula de seguridad y diplomática de Israel, han estado en reuniones constantes durante las últimas 24 horas, coordinando acciones con aliados regionales como Jordania, Egipto y Arabia Saudita.
A pesar de las intensas deliberaciones y la solidaridad regional manifestada, Israel mantiene su posición de no reconocer abiertamente su participación en los hechos recientes.
Solidaridad regional ante las posibles amenazas de Irán
En un desarrollo reciente, altos funcionarios de los países vecinos han comunicado a Israel su apoyo en caso de un contraataque por parte de Irán.
Asimismo, un alto oficial estadounidense confirmó el viernes por la mañana que el ataque no fue una sorpresa y reveló que Israel había informado previamente a Estados Unidos de sus planes de realizar una operación militar en un plazo de 24 a 48 horas, según un informe divulgado por Bloomberg.
Este conjunto de acontecimientos subraya la compleja trama de alianzas y estrategias en la región, donde la diplomacia y la acción militar se entrelazan estrechamente en un escenario de constante vigilancia y preparación ante la posibilidad de escaladas.