En julio de 2020, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos contrató a Boeing para la entrega de nuevos cazas F-15, que se denominarán F-15EX. La idea detrás del F-15EX es notable en su simplicidad: Tenemos un gran avión de combate, pero nuestra flota actual es vieja, así que ¿por qué no comprar algunos nuevos?
Desgraciadamente, este proyecto simple, sencillo e intuitivo se ha topado, como era de esperar, con obstáculos.
Historia del F-15
El primer F-15 voló en 1972 y el primer Eagle entró en servicio en 1976. El último F-15E Strike Eagle que se incorporó a las Fuerzas Aéreas estadounidenses se construyó en 2001. A día de hoy, casi 500 Eagles siguen en servicio en las Fuerzas Aéreas, operando en casi todas las funciones disponibles para un avión de combate moderno.
De hecho, el proyecto del F-15 ha tenido un éxito espectacular, y quizá por eso las Fuerzas Aéreas no quieren abandonarlo. Además, desde la década de 1970, Estados Unidos ha construido y vendido F-15 a países que van desde Israel y Arabia Saudita hasta Corea del Sur y Japón.
El caza se ha convertido en un pilar de las fuerzas aéreas occidentales, acumulando una impresionante hoja de servicios con un número indeterminado de muertes. Este éxito de exportación permitió el proyecto F-15EX. Dado que las líneas de producción han permanecido abiertas, Boeing puede introducir mejoras graduales en el avión a medida que la tecnología lo permita.
Objetivo del F-15EX
Entonces, ¿por qué construir nuevos F-15 cuando el F-35 está disponible?
El proyecto tiene dos objetivos. El primero es ofrecer un alivio a la flota de aviones heredados de las Fuerzas Aéreas, muchos de los cuales son muy antiguos y sufren cada vez más de bajas tasas de preparación y de un mantenimiento costoso. A estos aviones envejecidos se les sigue pidiendo que realicen las mismas misiones que han llevado a cabo durante tres décadas: necesitan ser reemplazados. Optar por una versión más nueva de los viejos aviones es una solución intuitiva para un problema complejo.
El segundo objetivo es complementar la flota de cazas furtivos del Ejército del Aire, entre los que se encuentran el F-22 Raptor y el F-35 Panther. El Eagle tiene un conjunto de habilidades diferente al Raptor o al Panther, compensando en rendimiento bruto y carga de armas lo que le falta en sigilo. Una de las formas en que los F-15EX pueden trabajar en equipo con los cazas furtivos es llevando misiles aire-aire de largo alcance que pueden ser lanzados desde distancias lejanas, aumentando así la letalidad de la fuerza furtiva.
Progreso
Así, un servicio que históricamente ha sido alérgico incluso al susurro de la «obsolescencia tecnológica» optó por construir nuevos ejemplares de una plataforma de cincuenta años de antigüedad. Inicialmente, el Ejército del Aire pretendía adquirir 144 F-15EX, para sustituir la mayor parte de la flota de F-15 C/D y hacer mella en la flota de F-15E. Esto habría hecho que la flota de cazas del Ejército del Aire fuera dramáticamente más joven y marginalmente más sofisticada sin alterar los procedimientos de entrenamiento, mantenimiento y organización asociados al F-15. Aunque es justo reconocer que otros aviones importantes han conseguido sobrevivir durante mucho tiempo, nadie propone la construcción de nuevos B-52 o nuevos B-1B. Sólo los aviones de transporte como el C-130 han disfrutado del tipo de producción casi continua a largo plazo que el proyecto F-15EX preveía.
Sin embargo, presumiblemente, debido a que los entornos estratégicos y tecnológicos a los que se enfrenta Estados Unidos siguen siendo cambiantes, las Fuerzas Aéreas están dudando ahora sobre la compra total y podrían reducirla a 80 aviones. Sigue siendo un número considerable para la mayoría de los países, pero no sustituye las capacidades de la actual fuerza de F-15, y tiene el potencial de crear importantes problemas de mantenimiento y cadena de suministro para la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional Aérea. Los argumentos en contra del F-15EX son complejos, pero se centran principalmente en la falta de sigilo del avión y en su dudosa capacidad para sobrevivir en un espacio aéreo disputado. Todos estos problemas, por cierto, se conocían cuando la Fuerza Aérea decidió poner en marcha el programa hace tres años.
Impacto de la guerra en Ucrania
Todavía no sabemos qué impacto tendrá la guerra entre Rusia y Ucrania en la adquisición de cazas en Estados Unidos, en gran parte porque todavía no tenemos un conocimiento completo de las implicaciones de esa guerra. Es indudable que los cazas heredados de cuarta generación han sido derribados en un número significativo en ambos bandos y que las defensas aéreas terrestres han tenido un impacto letal. Al mismo tiempo, todo el mundo parece estar de acuerdo en que Ucrania se beneficiaría de la transferencia o reacondicionamiento de más cazas heredados, incluyendo modelos como el MiG-29 que son mucho menos sofisticados que el F-15EX. Hasta ahora los rusos no han desplegado su caza furtivo (el Su-57 Felon, siempre en desarrollo) de forma militarmente útil.
Es posible imaginar que un equipo F-35/F-15EX tenga un buen rendimiento en condiciones como las que se dan sobre Ucrania, pero sin un despliegue en el mundo real es difícil evaluar el impacto que podría tener en la guerra. El conflicto también podría haber despertado el interés por una fuerza resistente que sea capaz de soportar y reemplazar las pérdidas, lo que probablemente sería un buen augurio para los planes de adquisición de más cazas heredados. Sin embargo, las lecciones requerirán tiempo y un cuidadoso análisis para ser analizadas.
Sigue sin estar claro el impacto a largo plazo que tendrá el F-15EX en la capacidad del Ejército del Aire para mantener su flota de cazas. Los F-15EX no servirán en un número similar al de los F-35, pero aún así podrían desempeñar un papel importante en el refuerzo y apoyo a la fuerza. Por supuesto, sería estupendo que el Ejército del Aire pudiera decidir lo que quiere en un plazo que fuera más allá de un año o así. Por otra parte, es difícil argumentar que las adquisiciones del Ejército del Aire hayan sido más feas en la última década que las de la Marina. Tal vez la ventaja más importante del proyecto F-15EX sea que hay límites muy marcados en cuanto a lo que puede salir mal. El avión funciona, tenemos fuertes razones para esperar que su precio se mantenga estable, y podría servir durante mucho tiempo. Ese tipo de certeza puede ser difícil de conseguir en las adquisiciones de defensa.