La República Islámica de Irán ha dado un paso sin precedentes al atacar directamente a Israel, lo que representa un cambio significativo en su enfoque tradicional de represalias indirectas.
En respuesta a un devastador ataque aéreo israelí contra un consulado iraní en Damasco, Siria, los líderes de Irán prometieron tomar represalias directas. Este incidente marcó una desviación del modus operandi habitual del régimen iraní.
Como describió un oficial saudí en 2019, la República Islámica es un “tigre de papel con garras de acero”, una referencia a su capacidad de extender su influencia mediante representantes terroristas en la región, incluidos Hezbolá en el Líbano, Hamás en Gaza y los hutíes en Yemen.
A pesar de que la preferencia de Irán ha sido históricamente el terrorismo indirecto en su política hacia Israel, parece que Teherán estaba cambiando su táctica tras el reciente ataque israelí. Después de una década fortaleciendo sus capacidades en drones y ampliando sus arsenales de misiles balísticos y de crucero, Irán se mostraba listo para enfrentar a Israel directamente, sin la intermediación de sus agentes.
Cambio en la estrategia de “represalias” de Irán
Los iraníes están bombardeando Jerusalén
— Noticias de Israel (@estadoisrael) April 13, 2024
El supuesto lugar sagrado musulmán. El lugar histórico más sagrado para los judíos, y el tercer lugar supuestamente más sagrado para el Islam, según una leyenda. pic.twitter.com/tnyP2Xd08s
El asalto israelí al consulado soberano iraní en Damasco indudablemente fue un acto provocativo. Tanto Israel como Estados Unidos han realizado acciones provocadoras previas, incluido el asesinato del general Qassem Soleimani del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní por la Administración Trump.
Aunque en aquel momento Irán pareció estar en una posición difícil, no escaló la guerra como había amenazado. Sin embargo, apenas cuatro años más tarde y bajo circunstancias similares, Irán optó por una respuesta directa.
Las fuerzas iraníes, desplegadas en diversas zonas como Yemen, Irak y Líbano, lanzaron un ataque combinado de 100 drones y más de 350 cohetes. Además, el ejército iraní capturó un buque de carga bajo bandera portuguesa. A pesar de la magnitud del ataque, que involucraba más de 70 toneladas de explosivos, la mayoría no alcanzó los objetivos civiles en Israel que se habían previsto.
El ataque resultó ser bastante caótico, evidenciando el aislamiento de Irán con respecto al resto de la región. Como potencia musulmana chiíta y étnicamente persa, Irán se encuentra en un entorno predominantemente musulmán suní y árabe, lo que complica sus relaciones con otras naciones musulmanas.
Los principales aliados de Irán son externos a la región, incluidos China, Rusia, Corea del Norte, Venezuela y, en menor medida, Turquía, miembro de la OTAN. Aunque los gobernantes de Irán podrían haber esperado influir en la opinión de sus compañeros musulmanes en la región atacando a Israel, la realidad es que la opinión pública musulmana está profundamente dividida respecto a Irán.
Respuesta regional al ataque iraní
Múltiples naciones musulmanas, junto con Estados Unidos y el Reino Unido, intervinieron en la defensa de Israel durante el reciente ataque. Unidades navales estadounidenses y británicas no solo contribuyeron al derribo de varios drones iraníes, sino que también, las infraestructuras de defensa de misiles balísticos situadas en Arabia Saudita y Jordania lograron neutralizar la mayoría de los cohetes dirigidos hacia Israel.
A pesar de las expectativas de algunos líderes iraníes, quienes creían que el contraataque israelí contra Hamás en Gaza tras los ataques terroristas del 7 de octubre aislaría a los estados árabes suníes de Israel, la realidad fue diferente. Aunque públicamente estos regímenes se distanciaron de Israel, en parte para apaciguar a sus poblaciones que simpatizan con los árabes palestinos, en privado continuaron apoyando activamente la defensa israelí contra las amenazas iraníes.
Es evidente que Irán sobreestimó el nivel de apoyo o simpatía entre sus correligionarios. A pesar de este giro favorable para Israel, nadie calificaría los eventos como una “victoria” clara para Israel. Sin embargo, el presidente cuadragésimo sexto de los Estados Unidos intentó dar un giro positivo al incidente al afirmar al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que el hecho de que el ataque iraní no alcanzara los principales centros de población israelíes constituía una “victoria”.
El fracaso de la disuasión en Medio Oriente y las implicaciones para la seguridad regional
La disuasión ha fallado en Medio Oriente, lo que indica que los actores involucrados se están volviendo más desesperados y agresivos para asegurar su seguridad nacional y proteger sus intereses nacionales en relación con los demás.
Estamos siendo testigos del lento desmoronamiento del orden regional que ha persistido desde 1945. Lamentablemente, los Estados Unidos siguen en una posición de declive. Ha sido revelado que la Administración Biden restringió a Israel de llevar a cabo una represalia contra Irán, según lo habían planeado inicialmente.
Desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, la Administración Biden ha frenado a Israel en puntos críticos de su conflicto. Las élites de Washington han aplaudido a la administración por imponer un grado de moderación a los israelíes.
Lo que no comprenden en Washington es que al contener a Israel, en realidad están invitando a una mayor agresión por parte de los enemigos de Israel, dando esperanza a un enemigo que debería haber sido derrotado hace tiempo y señalando a la región que ni Israel ni Estados Unidos están dispuestos a imponer un costo mínimo a un Irán revanchista.
La región observa a Estados Unidos en busca de señales claras de liderazgo. Sin embargo, Washington está enviando señales contradictorias, lo que hace que Estados Unidos parezca el caballo más débil. Esto podría tener efectos peligrosos, especialmente si el objetivo es evitar que la región caiga en una guerra regional que podría escalar a una guerra mundial en poco tiempo.
Necesidad de una postura definitiva de Washington para restablecer la disuasión
Mirando hacia adelante, Israel planea tomar represalias. Esto refleja una escalada gradual similar a la que ocurrió en las etapas iniciales de lo que ahora conocemos como la Primera Guerra Mundial.
La situación en la región continuará deteriorándose hasta que se restablezca la disuasión. Bajo las condiciones actuales, la disuasión no será restaurada si Washington continúa enviando señales contradictorias mientras restringe a su aliado israelí.
En lugar de esta aproximación, Washington debería declarar de manera inequívoca que Israel tiene el derecho a defenderse como sus líderes lo consideren necesario. Luego, debería trabajar arduamente para asegurar que la cooperación entre Arabia Saudita y Jordania con Israel sea efectiva y duradera.
Después de asegurar estos lazos, Estados Unidos podría considerar retirarse de la región problemática, sabiendo que sus socios tienen la capacidad y la voluntad de contener a un Irán irredentista.