Piloto estadounidense se eyecta ileso de un F-16 en Corea del Sur tras fallas críticas en sistemas de vuelo y navegación.
F-16 de la Fuerza Aérea de EE. UU. se estrella en el Mar Amarillo tras fallas técnicas
El 11 de diciembre de 2023, un piloto del 35.º Escuadrón de Cazas del 8.º Ala de Cazas de la Base Aérea de Kunsan, en Corea del Sur, se eyectó sin sufrir heridas de su avión F-16CM, identificado con el número de cola 88-0479. El incidente ocurrió alrededor de las 08:42 hora local, cuando el avión, que formaba parte de una formación de cuatro cazas F-16, se precipitó al Mar Amarillo.
El accidente ocurrió a unas 81 millas náuticas al oeste de la base aérea, y provocó la pérdida total de la aeronave, valorada en 28.259.045,00 dólares. La investigación determinó que las fallas críticas en los sistemas primarios de vuelo y navegación provocaron el siniestro, dejando al piloto sin el instrumento principal que indica la posición del avión.
El piloto intentó utilizar el indicador de actitud de reserva (SAI) como alternativa; sin embargo, dicho instrumento presentaba imprecisiones previas, complicando aún más la orientación y llevando a una desorientación espacial que forzó la eyección a 1730 pies sobre el nivel del mar.
Falla del EGI identificada como causa principal del accidente del F-16
Según la Junta de Investigación de Accidentes, el fallo en el sistema GPS/INS integrado (EGI) fue el motivo principal del accidente, ya que el piloto perdió acceso a datos críticos de vuelo en medio de condiciones meteorológicas adversas. La falla del EGI ocurrió mientras el F-16 volaba entre densas nubes, a unos 13 minutos de haber despegado.
El sistema GPS/INS proporciona información esencial de horizonte y actitud al piloto. Sin embargo, la falla en este vuelo dejó al piloto dependiendo únicamente del indicador de actitud de reserva, que no proporcionaba información confiable. Esto, combinado con datos inconsistentes proporcionados por un compañero de vuelo, contribuyó a una desorientación espacial cada vez más grave.
La investigación concluyó que, de no haberse presentado la falla del EGI, el accidente podría haberse evitado. A pesar de los esfuerzos del piloto para guiarse con la ayuda del compañero de ala, la falta de coherencia entre las lecturas del SAI y la información externa impidió la recuperación del control del avión.
Desorientación espacial, factor crítico en accidentes de aviación
La desorientación espacial (DE) fue un factor determinante en este accidente. Esta condición, definida por la OTAN como la incapacidad de mantener la orientación espacial, integra múltiples sistemas sensoriales y motores en el cerebro. Cuando se produce durante el vuelo, la DE puede provocar situaciones catastróficas.
Estudios demuestran que la desorientación espacial ha sido responsable de entre el 25 % y 35 % de accidentes graves en la aviación, así como de entre el 25 % y 50 % de muertes. Históricamente, términos como “vértigo del piloto” y “pérdida de conciencia situacional” han descrito esta condición que, a pesar de los avances tecnológicos y de entrenamiento, sigue siendo un riesgo persistente en la aviación.
La OTAN destaca que la desorientación espacial no implica simplemente estar “perdido”, sino más bien una percepción errónea de la posición o actitud de la aeronave, lo que puede provocar decisiones peligrosas y, en este caso, en un accidente fatal.
Fuerza Aérea de EE. UU. implementa medidas para prevenir accidentes similares
A raíz de este incidente, la Fuerza Aérea de los EE. UU. adoptó medidas inmediatas para evitar que se repitan situaciones similares. La Fuerza Aérea del Pacífico (PACAF) inició una investigación de seguridad junto con la investigación legal llevada a cabo por la Junta de Investigación de Accidentes, con el objetivo de incorporar las lecciones aprendidas en los procedimientos operativos y de entrenamiento.
El Comando de Combate Aéreo (ACC) reforzó el entrenamiento para los pilotos de F-16, enfocándose en el reconocimiento y manejo de fallas instrumentales en situaciones de emergencia. Además, se hizo hincapié en entender las limitaciones de los sistemas y en identificar posibles errores en los instrumentos de vuelo.
Paralelamente, la Fuerza Aérea comenzó a trabajar en la mejora de la estabilidad de los instrumentos, para mitigar las fluctuaciones temporales de energía que podrían contribuir a fallas críticas, como la ocurrida en el EGI del F-16 accidentado.