Mientras Ucrania aguarda la recepción de los aviones de combate F-16, es crucial determinar qué sistemas de armamento misilístico se incluirán en este suministro.
La contienda en Ucrania ha trascendido a una pugna de ideologías y estrategias militares, evolucionando hacia una batalla de tecnologías avanzadas. La asistencia de Occidente ha sido fundamental para que las Fuerzas de Defensa de Ucrania equilibren sus pérdidas de equipo con tecnologías modernas, previamente inaccesibles, fomentando también el desarrollo de armas intensivas en mano de obra con tecnología occidental.
Simultáneamente, el ejército ruso enfrenta un proceso de obsolescencia, desmantelando equipos de la era soviética y con una limitada incorporación de nuevos modelos. Esta situación ha forzado a Rusia a buscar apoyo en naciones como Irán y Corea del Norte, lo cual ha deteriorado su imagen como potencia militar-industrial autónoma. Este panorama configura un futuro donde un ejército se fortalece mientras el otro se debilita.
Dependencia de Ucrania para equipar los F-16
Actualmente, Ucrania explora diversas áreas de desarrollo, incluyendo la tecnología de vehículos aéreos no tripulados y la conservación y modernización del sistema de misiles Neptune R-360. La producción de munición de artillería también avanza hacia mayores volúmenes. No obstante, aún es prematuro hablar de establecer nuevas líneas de producción para vehículos blindados de diversas categorías, lo cual será factible post-conflicto.
Por lo tanto, Ucrania seguirá dependiendo de sus aliados para abastecerse de una amplia gama de equipos. Un aspecto clave podría ser la adquisición de misiles de crucero TAURUS de Alemania y el suministro de misiles ATACMS, con varias modificaciones incluyendo ojivas de racimo M39/M39A1 y ojivas penetrantes de alto poder explosivo M57/M57E1.
Respecto a los esperados F-16 ucranianos, es vital conocer qué tipos de misiles se suministrarán, ya que esto definirá su eficacia operativa. Por ejemplo, para destruir objetivos aéreos a larga distancia son necesarias las versiones modificadas del misil aire-aire AIM-120 AMRAAM. Para blancos a corta y media distancia, se requiere el AIM-9, entre otros. Para misiones contra objetivos terrestres, el F-16 podría emplear la bomba guiada AGM-154 Joint Standoff Weapon o el misil de crucero AGM-158 JASSM, y para objetivos marítimos, el misil antibuque AGM-119. Un elemento crucial será el respaldo de los F-16 con sistemas de detección y puntería aéreos AWACS.
Rusia ha cruzado el umbral crítico en su industria militar
En cuanto a Rusia, el país se encamina hacia una dependencia de la reparación y mantenimiento de equipos existentes. Su complejo militar-industrial ha cruzado un umbral crítico, con una capacidad de combate mermada y sin visos de recuperación a corto plazo. Se prevé que 2024 sea un año decisivo, en el que mantener posiciones se tornará insostenible para Rusia.
En términos generales, las futuras acciones de las Fuerzas de Defensa de Ucrania deberán ser ejecutadas con prudencia y racionalidad. Aunque 2024 no marcará el fin de la guerra ni la liberación de Crimea, sí se esperan victorias significativas, especialmente en el sur continental.
Los principales frentes de batalla se centrarán en las regiones de Kherson y Zaporizhzhia, en la margen izquierda del Dnipro. La JFO tiene posibilidades reales de repeler a las fuerzas rusas de esta área, crear un estancamiento en el sur, debilitar el grupo de soldados de Dnipro e influir en los acontecimientos en Zaporizhzhia. Un factor clave será el estado operativo del puente de Crimea. En un escenario optimista, para 2024, se podría alcanzar las fronteras administrativas de Crimea, sentando las bases para su eventual liberación.
La estrategia de liberación de la JFO contempla una ofensiva sistemática en el sur de Ucrania, seguida por la operación en Crimea y, finalmente, la campaña para recuperar las provincias de Luhansk y Donetsk.
Los F-16 ucranianos podrían estar equipados con una variedad de misiles para diferentes propósitos. Para objetivos aéreos a larga distancia, se podrían incluir versiones modificadas del misil aire-aire AIM-120 AMRAAM. Para blancos más cercanos, serían adecuados los misiles AIM-9. Además, para atacar objetivos terrestres, los F-16 podrían utilizar la bomba guiada AGM-154 Joint Standoff Weapon o el misil de crucero AGM-158 JASSM. Para blancos marítimos, el misil antibuque AGM-119 es una opción viable.
El ejército ruso actualmente enfrenta un proceso de obsolescencia, desmantelando equipos de la era soviética y con una incorporación limitada de nuevos modelos. Esta situación lo ha llevado a buscar apoyo en países como Irán y Corea del Norte, deteriorando su imagen como potencia militar-industrial autónoma. Su capacidad de combate está mermada, y se enfoca en la reparación y mantenimiento de equipos existentes, sin perspectivas de recuperación a corto plazo.
Ucrania está explorando varias áreas de desarrollo militar. Se enfoca en la tecnología de vehículos aéreos no tripulados y en la conservación y modernización del sistema de misiles Neptune R-360. También está avanzando en la producción de munición de artillería, aumentando los volúmenes de producción. Sin embargo, la establecimiento de nuevas líneas de producción para vehículos blindados sigue siendo un objetivo post-conflicto.
Ucrania podría adquirir misiles de crucero TAURUS de Alemania y misiles ATACMS de Estados Unidos. Estos últimos podrían incluir varias modificaciones, como ojivas de racimo M39/M39A1 y ojivas penetrantes de alto poder explosivo M57/M57E1. Estos misiles representarían un avance significativo en el arsenal ucraniano, mejorando su capacidad operativa y estratégica.
Los principales frentes de batalla para Ucrania en 2024 se centrarán en las regiones de Kherson y Zaporizhzhia, en la margen izquierda del Dnipro. La estrategia de la JFO (Fuerzas de Defensa de Ucrania) incluye repeler a las fuerzas rusas de estas áreas, creando un estancamiento en el sur y debilitando el grupo de soldados de Dnipro. Estos esfuerzos podrían influir significativamente en los acontecimientos en Zaporizhzhia y sentar las bases para futuras acciones en Crimea.