• Quiénes somos
  • Contacto
  • Embajadas
  • Oficina PM
  • Directorio
  • Jerusalén
  • Condiciones de servicio
  • Política de Privacidad
sábado, mayo 17, 2025
Noticias de Israel
  • Inicio
  • FDI
  • Gaza
  • Terrorismo
  • Mundo
  • Zona de guerra
  • Siria
  • Irán
  • Antisemitismo
  • Tecnología
  • Arqueología
  • Inicio
  • FDI
  • Gaza
  • Terrorismo
  • Mundo
  • Zona de guerra
  • Siria
  • Irán
  • Antisemitismo
  • Tecnología
  • Arqueología
Noticias de Israel

Portada » Zona de guerra » Retiro del B-1 amenaza seguridad de EE. UU. antes del B-21

Retiro del B-1 amenaza seguridad de EE. UU. antes del B-21

por Noticias de Israel
17 de mayo de 2025
en Zona de guerra
B-1 Lancer

B-1 Lancer

El retiro anticipado del B-1 Lancer reduce la capacidad de ataque de largo alcance de EE. UU. ante crecientes amenazas globales.

Impacto del retiro del B-1 en la defensa nacional

La Fuerza Aérea de Estados Unidos planea retirar la flota de B-1 Lancer antes de que el B-21 Raider, un bombardero de sexta generación, esté operativo. Esta decisión, impulsada por restricciones presupuestarias más que por necesidades estratégicas, podría debilitar la capacidad de ataque de largo alcance de Estados Unidos en un momento de alta inestabilidad geopolítica. En febrero de 2024, los B-1 atacaron objetivos en Irak y Siria, demostrando su capacidad para proyectar poder desde territorio estadounidense. En octubre de 2024, los B-2 Spirit atacaron en Yemen, reforzando la relevancia de los bombarderos para la Estrategia de Defensa Nacional. Sin embargo, la flota de bombarderos podría reducirse significativamente antes de que el B-21 esté listo, dejando a EE. UU. vulnerable ante adversarios como China, Rusia, Irán y Corea del Norte.

El B-1 Lancer, conocido como “BONE”, es el único bombardero supersónico de ala oscilante de EE. UU. y transporta la mayor carga útil de armas de precisión, incluyendo el AGM-158 JASSM y el LRASM antibuque. Desde 2001, ha volado más de 12.000 misiones de combate, siendo clave en Afganistán, Irak y Siria. En Operación Inherent Resolve, los B-1 lanzaron más del 40% de las armas de precisión a pesar de volar solo el 2% de las misiones. Su capacidad para transportar 24 JASSM por avión, con potencial para 36, supera a los B-2 y B-52, y es el único bombardero que lleva el LRASM, crucial contra las armadas de China y Rusia.

La Fuerza Aérea planea una fuerza futura de solo B-21 y B-52 Stratofortress, este último diseñado en los años 50. Aunque los B-52 recibirán actualizaciones hasta 2035, su disponibilidad caerá entre un 20% y 25% durante este período, según la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO). Los B-2, con solo 19 aviones, no pueden satisfacer la creciente demanda global de bombarderos, que ha aumentado un 1.100% en la última década. El general Thomas Bussiere, comandante del Comando de Ataque Global, destacó en una entrevista con el Instituto Mitchell que la demanda de bombarderos es la mayor en su carrera, abarcando todos los comandos de combate geográficos.

Más noticias

Reino Unido y Alemania desarrollan misil de largo alcance

Reino Unido y Alemania desarrollan misil de largo alcance

¿Los F-16 de Ucrania provocarán más derribos de aviones rusos?

Ucrania pierde tercer F-16 Viper en combate contra ataques rusos

Misiles Patriot en Ucrania: Los soldados tienen en la mira al Su-35

Su-35S Flanker-E arrasa en Ucrania con Modo Bestia

SAAB Gripen

Suecia desata el Modo Bestia del Gripen E con carga letal

El retiro del B-1 podría comenzar en 2026, antes de que el B-21 complete las pruebas de vuelo en la Base Edwards, California, y mucho antes de que un escuadrón de B-21 esté operativo. La desactivación de un escuadrón de 10 B-1 reduciría la flota en un 30%, creando un “efecto bañera” donde la cantidad total de bombarderos caería drásticamente antes de recuperarse. Esto limitaría la capacidad de EE. UU. para responder a amenazas globales, especialmente en el Indo-Pacífico, donde China planea estar lista para una posible invasión de Taiwán en 2027.

Operación de bombarderos B-1 Lancer en Corea del Sur
B1-B Lancer

Capacidades clave del B-1 Lancer para la seguridad global

  • Carga útil superior: Transporta 24 misiles AGM-158 JASSM, con potencial para 36, superando a B-2 y B-52.
  • Misil antibuque LRASM: Único bombardero capaz de llevar el LRASM, esencial contra flotas de China y Rusia.
  • Supersónico y ágil: Velocidad y maniobrabilidad permiten operar a cientos de kilómetros de amenazas enemigas.
  • Misiones de combate: Más de 12.000 misiones desde 2001, con 40% de armas de precisión en Afganistán.
  • Disuasión no nuclear: Preferido por aliados como Japón por su capacidad de mensajería estratégica sin armas nucleares.

Riesgos presupuestarios y mantenimiento del B-1

El Programa de Defensa de los Años Futuros (FYDP) de la Fuerza Aérea para 2025-2029 revela una reducción del 95% en fondos para investigación y desarrollo del B-1 a partir de octubre de 2025, y un corte del 92% en adquisición de sistemas de armas para 2027. Estos recortes señalan el inicio del retiro del B-1, a pesar de declaraciones de altos mandos como el general Bussiere, quien afirmó que el retiro sería “condicional”. La GAO indica que los costos operativos del B-1 no son significativamente mayores que los del B-2, cuyo costo por unidad supera los 1.000 millones de dólares. El B-21, con un costo de 692 millones de dólares por avión, también será costoso de mantener debido a su tecnología furtiva.

En términos de mantenimiento, la tasa de capacidad de misión (MC) del B-1 es comparable a la de otros bombarderos. En 2023, la tasa MC del B-1 superó a la del B-2, igualó a la del B-52 y fue solo un 4% menor que la del F-35. En 2024, superó incluso al F-22. Aunque el B-1 requiere un mantenimiento intensivo, su desempeño no justifica un retiro apresurado. Además, su capacidad para operar con misiles de largo alcance como el JASSM reduce la necesidad de sigilo, ya que puede atacar desde cientos de kilómetros de distancia.

La Fuerza Aérea enfrenta una crisis de retención de tripulaciones aéreas y déficits de financiación que complican la transición al B-21. La experiencia con programas como el F-22, donde solo se adquirió una cuarta parte de la flota planificada, y los retrasos en el F-35 y KC-46, generan dudas sobre la capacidad de la Fuerza Aérea para entregar los 100 B-21 previstos. El Instituto Mitchell recomienda adquirir al menos 200 B-21, argumentando que los 175 bombarderos proyectados para 2040 son insuficientes para un conflicto mayor contra China o Rusia.

La demanda de bombarderos para disuasión y entrenamiento con aliados, especialmente en el Indo-Pacífico, es crítica. Los B-1 han realizado vuelos de más de 24 horas desde EE. UU. a regiones como Europa y Medio Oriente, integrándose con fuerzas aliadas. Estas misiones, aunque complejas, refuerzan la disuasión contra adversarios y fortalecen la confianza de socios como Japón, que prefieren el B-1 por su capacidad no nuclear.

Alternativas para mantener la capacidad del B-1

B-1 Lancer

Retrasar el retiro del B-1 hasta 2035, cuando el B-21 alcance la capacidad operativa inicial, es una solución viable. La Base Ellsworth, Dakota del Sur, tiene espacio para operar tanto B-1 como B-21 tras la desinversión de 17 B-1 en 2020-2021. Otras opciones incluyen reubicar escuadrones de B-1 a la Base Mountain Home, Idaho, o consolidarlos en la Base Dyess, Texas, creando un centro de excelencia similar al del B-2 en Whiteman, Missouri.

El B-1 también es clave para pruebas de armas hipersónicas, posicionándolo como un activo estratégico para futuros conflictos. Su capacidad para transportar el LRASM lo hace indispensable en escenarios marítimos, especialmente en el Indo-Pacífico, donde China y Rusia expanden sus armadas. Mantener la flota de 45 B-1 garantizaría estabilidad mientras el B-21 se integra al inventario.

La generalización de que “un bombardero es un bombardero” ignora las capacidades únicas del B-1. A diferencia del B-21, diseñado para misiones furtivas, el B-1 ofrece velocidad, carga útil y flexibilidad. Su retiro prematuro dejaría vacíos en los requisitos de los comandos de combate, especialmente en misiones no nucleares y de ataque marítimo. La Fuerza Aérea debe realizar un análisis detallado de los roles del B-1 que ni el B-21 ni el B-52 pueden cumplir.

En un contexto de crecientes amenazas globales, la decisión de retirar el B-1 antes de que el B-21 esté listo refleja una desconexión entre las prioridades presupuestarias y las necesidades estratégicas. La Fuerza Aérea debe priorizar la capacidad de ataque de largo alcance para mantener la superioridad militar y la disuasión global de EE. UU.

© 2017–2025
No Result
View All Result
  • Inicio
  • FDI
  • Gaza
  • Terrorismo
  • Mundo
  • Zona de guerra
  • Siria
  • Irán
  • Antisemitismo
  • Tecnología
  • Arqueología

© 2019 - 2025 Todos los derechos reservados.