El presidente Vladimir Putin firmó el jueves un decreto por el que se ordena el ingreso de 134.500 nuevos reclutas en el ejército en el marco del reclutamiento anual de primavera de Rusia, pero el Ministerio de Defensa dijo que la convocatoria no tenía nada que ver con la guerra en Ucrania.
La orden se produjo cinco semanas después de la invasión rusa, que se ha topado con una feroz resistencia ucraniana. El ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, dijo el martes que ninguno de los convocados sería enviado a ningún “punto caliente”.
La cuestión de la participación de los reclutas en la guerra es muy delicada. El 9 de marzo, el Ministerio de Defensa reconoció que algunos habían sido enviados a Ucrania, después de que Putin lo negara en varias ocasiones, diciendo que sólo se habían enviado soldados profesionales y oficiales.
El portavoz de Putin dijo entonces que el presidente había ordenado a los fiscales militares que investigaran y castigaran a los funcionarios responsables de desobedecer sus instrucciones de excluir a los reclutas.
El reclutamiento militar anual de primavera, que va del 1 de abril al 15 de julio, afectará a los hombres rusos de entre 18 y 27 años, según el decreto de Putin.
Shoigu dijo el martes que los convocados comenzarían a ser enviados a sus bases asignadas a finales de mayo.
“La mayoría de los militares recibirán formación profesional en centros de entrenamiento durante tres a cinco meses. Permítanme subrayar que los reclutas no serán enviados a ningún punto caliente”, dijo en declaraciones publicadas en el sitio web de su ministerio.
Sin embargo, Mikhail Benyash, un abogado que representa a varios miembros de la Guardia Nacional de Rusia que rechazaron la orden de ir a Ucrania, dijo que, según la legislación rusa, los reclutas pueden ser enviados a luchar después de varios meses de entrenamiento.
Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero en lo que llamó una operación militar especial para desmilitarizar y “desnazificar” el país. La guerra ha matado a miles de personas y ha desarraigado a millones.
En los últimos días, Rusia ha replanteado sus objetivos, diciendo que nunca pretendió tomar la capital, Kiev, y otras ciudades importantes, sino que se centra en “liberar” las zonas del este, donde los separatistas respaldados por Rusia han estado luchando contra el ejército ucraniano desde 2014.
Sus declaraciones han sido recibidas con escepticismo por Ucrania y los gobiernos occidentales. Los analistas militares han sugerido que la concentración declarada en la región oriental del Donbás puede ser un intento de facilitar a Putin la búsqueda de una salida para salvar la cara.