Imágenes satelitales muestran dos Tu-95MS más en la base ártica de Olenya, lo que intensifica preocupaciones sobre las intenciones estratégicas de Moscú.
Despliegue de Tu-95MS en Olenya eleva tensiones con la OTAN
Imágenes satelitales captadas el 19 de mayo de 2025 a las 09:40 UTC por el servicio de monitoreo AviVector confirmaron la llegada de dos bombarderos estratégicos Tupolev Tu-95MS a la base aérea de Olenya, situada en la península de Kola, a 92 kilómetros al sur de Murmansk. La base ahora alberga cinco Tu-95MS, 38 Tu-22M3, cinco An-12 y cuatro Mi-8, consolidando su posición como un centro crítico para las Fuerzas Aeroespaciales Rusas. Este despliegue refuerza la capacidad de Rusia para proyectar poder en el Ártico y mantener operaciones de largo alcance en la guerra de Ucrania, donde estos bombarderos lanzan misiles crucero Kh-101 y Kh-55. La proximidad de Olenya a Finlandia (150 kilómetros) y Noruega (200 kilómetros), ambos miembros de la OTAN, aumenta la preocupación de los analistas occidentales.
Los dos Tu-95MS adicionales, trasladados desde la base de Belaya en Siberia, responden a la necesidad de Rusia de proteger sus activos estratégicos tras ataques ucranianos a bases más cercanas, como Engels, en 2022 y 2023. La pista de 3,500 metros de Olenya, la más larga de la región, permite operar estos bombarderos, que alcanzan un rango de 9,000 kilómetros y transportan hasta ocho misiles crucero con un alcance superior a 2,500 kilómetros. En marzo de 2025, la base albergaba 45 aeronaves, el mayor número registrado desde el inicio de la guerra en Ucrania, lo que subraya su rol estratégico.
Los Tu-95MS, denominados Bear-H por la OTAN, utilizan cuatro motores Kuznetsov NK-12 y alcanzan velocidades de 710 km/h. Modernizados con sistemas GLONASS y contramedidas electrónicas, permanecerán operativos hasta al menos 2040, según el Ministerio de Defensa ruso. Desde Olenya, estos aviones realizan misiones hacia el mar Caspio o Saratov para lanzar misiles contra objetivos en Ucrania, manteniéndose fuera del alcance de los drones ucranianos, que operan a unos 1,800 kilómetros de distancia.
La base de Olenya, cerca del almacenamiento nuclear Bolshoye Ramozero, cuenta con sistemas avanzados de defensa aérea, lo que la convierte en un bastión para las fuerzas nucleares y aéreas rusas. En abril de 2025, cazas F-35 de la OTAN interceptaron formaciones rusas, incluyendo Tu-95MS, cerca del espacio aéreo noruego, destacando la sensibilidad de la región. Este movimiento refuerza la postura de Rusia frente a la OTAN y asegura su capacidad ofensiva en múltiples frentes.

Datos clave del refuerzo militar en Olenya
- Fecha de imágenes: 19 de mayo de 2025, 09:40 UTC.
- Aeronaves en la base: 5 Tu-95MS, 38 Tu-22M3, 5 An-12, 4 Mi-8.
- Origen de los Tu-95MS: Base aérea de Belaya, Siberia.
- Capacidad de misiles: Hasta 8 Kh-101/Kh-55 por Tu-95MS.
- Distancia a Ucrania: 1,800 km, fuera del rango de drones ucranianos.
- Proximidad a la OTAN: 150 km de Finlandia, 200 km de Noruega.
Importancia estratégica de Olenya en la guerra en Ucrania
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, Olenya se transformó en un eje para ataques con misiles crucero. Los Tu-95MS y Tu-22M3 han ejecutado múltiples misiones desde esta base, dirigidas a infraestructuras críticas en Kyiv y Odesa. En noviembre de 2024, nueve o diez Tu-95MS participaron en un ataque masivo contra instalaciones energéticas ucranianas, según reportes de inteligencia ucraniana. La relocalización de bombarderos a Olenya protege estos activos de los drones ucranianos, que han dañado bases como Engels y Diaghilevo en el pasado.
En julio de 2024, Ucrania afirmó haber atacado un Tu-22M3 en Olenya con un dron, aunque no hubo confirmación independiente. Este incidente, junto con los ataques previos, motivó a Rusia a fortalecer la base. En diciembre de 2022, un ataque en Engels dañó dos Tu-95, lo que llevó al traslado de 10 bombarderos a Olenya en 2023. La presencia de cinco An-12 para transporte de misiles y cuatro Mi-8 para apoyo logístico indica una operación bien coordinada.
Los Tu-95MS forman parte de una flota de aproximadamente 40 unidades operativas, según estimaciones británicas de 2024. La subvariante Tu-95MSM, introducida en 2020, incorpora radares mejorados y compatibilidad con misiles Kh-101, aumentando su precisión. Los Tu-22M3, con capacidad supersónica, complementan estas operaciones, permitiendo a Rusia mantener una amenaza constante a larga distancia.
La región de Murmansk, donde se ubica Olenya, alberga la Flota del Norte rusa y sitios nucleares clave. La base está protegida por sistemas antiaéreos avanzados, lo que la hace prácticamente inalcanzable para Ucrania. Vuelos de vigilancia de la OTAN, con aviones estadounidenses y noruegos, monitorean regularmente la actividad en la zona, especialmente tras el aumento de despliegues en 2024 y 2025.
Evolución histórica y rol ártico de la base de Olenya

Construida en los 1950, Olenya sirvió como base de reconocimiento naval y reabastecimiento para vuelos transatlánticos durante la Guerra Fría. Identificada por inteligencia estadounidense en 1957, albergó bombarderos Tu-16 y fue un punto clave para operaciones hacia La Habana. Desde 2020, está bajo el mando de la Aviación de Largo Alcance rusa, específicamente el 40.º Regimiento de Aviación Compuesta.
El Ártico se ha convertido en un teatro estratégico para Rusia, que busca controlar recursos y rutas marítimas. Olenya permite proyectar poder hacia el Atlántico Norte y disuadir a la OTAN. En octubre de 2022, imágenes satelitales mostraron 11 bombarderos en la base, lo que generó alertas en medios occidentales, aunque no se tradujo en una escalada inmediata. El refuerzo de mayo de 2025 refleja la prioridad de Rusia de mantener una postura ofensiva robusta.
La base también desempeña un papel en la disuasión nuclear, dada su cercanía a Bolshoye Ramozero. Los Tu-95MS pueden llevar ojivas nucleares, aunque no hay evidencia de que las misiones actuales en Ucrania involucren este tipo de armamento. La combinación de bombarderos, defensas aéreas y ubicación remota convierte a Olenya en un pilar de la estrategia rusa.
En el contexto global, el despliegue en Olenya responde a la competencia en el Ártico y la necesidad de Rusia de proteger sus capacidades frente a Ucrania y la OTAN. La base seguirá siendo un punto focal para la vigilancia occidental y un indicador de las intenciones de Moscú en los próximos meses.