Con una estrategia cada vez más audaz, Rusia está marcando su territorio en el océano Atlántico, como demuestra el sustancial aumento del despliegue de sus submarinos nucleares.
La creciente flota de submarinos nucleares rusos que patrullan el Atlántico constituye una clara advertencia a la OTAN, instándola a permanecer alerta. Las especulaciones de los analistas sugieren que hasta once submarinos nucleares rusos podrían estar asignados a esta zona específica.
Sin embargo, otros expertos ven este aumento desde otra perspectiva, vinculándolo estrechamente a la dinámica de la actual confrontación en Ucrania, y a cómo esta influye en la estrategia global de Moscú.
Este planteamiento se ve respaldado por las declaraciones de altos cargos de la OTAN y Estados Unidos, como el General Chris Cavoli, responsable de las operaciones en Europa, que ha destacado el significativo aumento de la actividad de los submarinos rusos.
El General Cavoli ha declarado que “las actividades militares rusas han experimentado un repunte inusual en los últimos años”. En su opinión, los conflictos en Europa del Este han llevado a la administración de Vladimir Putin a intensificar sus tácticas marítimas. “Todo esto ha sido desencadenado por la participación de Rusia en el conflicto de Ucrania”, ha añadido, marcando esta serie de maniobras, como un aumento sin precedentes desde el inicio de las hostilidades con Ucrania.
Escalada rusa en el Atlántico: Una alarma para Occidente
La valoración del general Cavoli destaca como una advertencia para Estados Unidos y sus aliados occidentales, especialmente los que respaldan a Ucrania, ante la creciente amenaza que supone Rusia.
Hace meses cundió la inquietud entre las naciones occidentales cuando Vladimir Putin desplegó buques de guerra en el Atlántico. Un número considerable de ellos estaban equipados con misiles de crucero hipersónicos, capaces de eludir los sistemas de defensa antiaérea estadounidenses.
Informes anteriores de medios de comunicación estadounidenses revelaron la preocupación de altos oficiales de la Armada estadounidense por la creciente “presencia” de submarinos nucleares rusos cerca de sus costas, una tendencia que ha ido en aumento recientemente.
Rusia en el Atlántico supera la presencia soviética
Las conjeturas actuales sugieren que el arsenal de submarinos nucleares rusos en el Atlántico puede haber eclipsado ya los números vistos en los días más intensos de la Unión Soviética, evocando la tensa atmósfera de la Guerra Fría. Aunque el recuento exacto de estos sumergibles permanece en la sombra, lo cierto es que su presencia masiva ha hecho saltar las alarmas de seguridad en Estados Unidos.
De esta aprensión se hacen eco las palabras de Michael Peterson, director del Instituto Ruso de Investigación Marítima [RMSI], que subraya la creciente preocupación. Del mismo modo, el General Cavoli señala a la OTAN la necesidad de intensificar la vigilancia ante la escalada de amenazas procedentes de Rusia hacia Ucrania.
Para complicar aún más el panorama, Rusia cuenta con el apoyo de Irán y Corea del Norte en su campaña sobre Ucrania. Los informes de Defensa destacan la contribución de Irán con su avanzado UAV Shahed-136 y de Corea del Norte con su potente misil Hwasong-18, lo que amplifica el apoyo militar en el conflicto de Europa del Este.
Influencia militar ampliada: Rusia, Irán y Corea del Norte en sinergia
Michael Peterson, del Instituto Ruso de Investigación Marítima [RMSI], ha señalado una serie de indicios de la creciente predisposición de Rusia a situar sus submarinos nucleares cerca de las costas estadounidenses. La presencia de estos activos, desde las profundas aguas azules del Mediterráneo hasta las gélidas costas de Europa, representa una amenaza palpable que recuerda a las estrategias de la era soviética durante el apogeo de la Guerra Fría.
La ambición de Moscú por ampliar su flota de submarinos ha quedado patente en los últimos años, con un esfuerzo concentrado en desarrollar y desplegar submarinos nucleares capaces de operar discretamente en zonas estratégicas de Estados Unidos y Europa.
Con una flota de 58 submarinos nucleares de diversas clases, Rusia demuestra que ninguna región conflictiva del globo, incluida la vecindad marítima de Estados Unidos, está fuera del alcance de su influencia naval.