Si el Kremlin despliega algún carro de combate principal (MBT) T-14 Armata en Ucrania, será sólo con fines propagandísticos y no por sus supuestas capacidades avanzadas.
El tanque probablemente no sería enviado al combate, en gran parte debido a la falta de confianza en la plataforma. Así lo estimó el Ministerio de Defensa británico el mes pasado.
“Cualquier despliegue del T-14 será probablemente una decisión de alto riesgo para Rusia. Tras once años de desarrollo, el programa se ha visto acosado por los retrasos, la reducción del tamaño previsto de la flota y los informes sobre problemas de fabricación”, anunció el Ministerio de Defensa a través de su actualización diaria en las redes sociales el 19 de enero de 2023.
El envío de los tanques al combate supondría probablemente un alto riesgo para Moscú, señaló también el Ministerio de Defensa. Un desafío adicional para el Kremlin sería ajustar su cadena logística para manejar el T-14, ya que es más grande y más pesado que otros MBT rusos actualmente empleados en Ucrania.
“Si Rusia despliega un T-14, es probable que lo haga principalmente con fines propagandísticos. Es probable que su producción se limite a unas pocas decenas, y es poco probable que los comandantes confíen en este vehículo en combate”, añadió el Ministerio de Defensa.
Pérdidas masivas
Desde el inicio de la guerra, que comenzó cuando Rusia lanzó su invasión no provocada hace casi un año, las fuerzas rusas han sufrido una logística deficiente, que ha provocado la pérdida de quizás miles de MBT.
Se ha informado de que a los reclutas rusos se les ha entregado equipo anticuado y raciones viejas, mientras que a muchos soldados no se les ha proporcionado ropa de invierno ni de abrigo, y han traído la suya propia o han pedido a sus familias que se la envíen.
Además, debido a las importantes pérdidas de sus tanques más modernos, incluidos los T-72 y T-90 mejorados, el Kremlin se ha visto obligado a desplegar en Ucrania los MBT T-62 más antiguos. Muchos de esos tanques son más viejos que las tripulaciones que los operan, y un gran número de ellos han sido abandonados porque las tripulaciones los han considerado poco más que trampas mortales de metal.
Es posible que Moscú no quiera arriesgar los T-14 en combate, ya que sería un gran golpe propagandístico para Kiev si alguno de los tanques fuera destruido. En su lugar, unos cuantos T-14 podrían rodar por zonas no disputadas, lo que permitiría al Kremlin tomar algunas fotos y destacar lo bien abastecidas que están sus fuerzas en el frente.
T-14: Mucho bombo y platillo, pocos resultados
Otro problema para Rusia es que carece de suficientes carros de combate para marcar la diferencia en el campo de batalla.
Aunque el T-14 se presentó por primera vez en el Desfile del Día de la Victoria de 2015 en Moscú, Rusia carece de un número significativo de esta plataforma. El Kremlin había anunciado poco después de su debut que el Ejército ruso estaría equipado con más de 2.300 de los tanques avanzados.
Sin embargo, hasta la fecha, sólo se han fabricado unas pocas docenas como máximo, y es poco probable que Rusia llegue a tener más de 100 en su arsenal debido a los elevados costes. Incluso producir esa cantidad podría ser un reto debido a las sanciones occidentales impuestas a Moscú.
Por supuesto, el T-14 no es la única plataforma de combate avanzada que Moscú ha retenido en gran medida.
El caza Sukhoi Su-57 se ha utilizado en un puñado de salidas, y sólo disparó sus armas en territorio ucraniano desde la seguridad del espacio aéreo ruso.