WASHINGTON, (BM) – Rusia heredó una cantidad vertiginosa de misiles tierra-aire de la Unión Soviética y también ha mejorado los diseños soviéticos desde entonces. He aquí un resumen de las partes notables de la familia “S”.
El primer sistema de misiles guiados tierra-aire fue el S-25 de la familia Berkut, desplegado por la Unión Soviética durante 27 años, de 1955 a 1987.
El sistema S-25 SAM se basaba en investigaciones que la Unión Soviética había llevado a cabo utilizando los primeros sistemas tierra-aire capturados de la Alemania nazi después de la Segunda Guerra Mundial. El S-25 tenía un alcance bastante limitado y al principio solo estaba desplegado alrededor de Moscú.
Las variantes SAM que la Unión Soviética desarrolló después del S-25 mejoraron constantemente al ganar alcance, velocidad y movilidad mediante la colocación en lanzadores móviles y variantes modificadas basadas en barcos.
El S-75 fue operativo en 1957 y se cobró la primera muerte de un avión enemigo en 1959, y fue responsable de derribar el avión espía U-2 de Francis Gary Power en 1960, y de derribar otro U-2 sobre Cuba durante la “crisis de los misiles cubanos” dos años más tarde. El sistema S-75 también fue muy utilizado por Hanoi durante la guerra de Vietnam para derribar los bombarderos estadounidenses.
Todavía Potente
A partir de 2014, el sistema S-200 y sus variantes ya no están en servicio con Rusia, aunque varios países del Oriente Medio tienen S-200 y variantes desplegadas. En 2018 un avión de inteligencia de señales rusas fue derribado sobre Siria después de que una batería siria de SAM intentara derribar a los F-16 israelíes que llevaban a cabo una misión de bombardeo contra posiciones iraníes. Corea del Norte mantiene un gran número, aunque desconocido, de S-200 de preparación o capacidades inciertas.
Mejor movilidad – Mayor fiabilidad
En 1978-89 la Unión Soviética desplegó los primeros sistemas S-300. Estas baterías SAM supusieron un enorme salto adelante en la tecnología antiaérea y antimisiles. Utilizando nuevas innovaciones en cohetería, la familia S-300 fue construida para tener un alcance más amplio que las generaciones anteriores de misiles tierra-aire soviéticos.
Además de una mayor velocidad y alcance, uno de los principales objetivos de desarrollo era aumentar significativamente la fiabilidad. Esto se logró reduciendo el tamaño de las superficies de control de misiles, permitiéndoles estar encerrados en contenedores de lanzamiento alojados en la parte superior de un vehículo todo terreno móvil. Las generaciones anteriores de misiles tierra-aire también se alojaban en lanzadores móviles, pero no estaban cerrados, lo que degradaba su fiabilidad cuando estaban estacionados en el exterior, en particular en las condiciones climáticas extremas comunes a muchas partes de la Unión Soviética.
Estos contenedores cerrados fueron sellados en fábrica durante la producción y nunca se abrieron hasta que se lanzó el misil. Esto protegió los misiles, aumentó su confiabilidad y extendió su vida útil.
Debido a que los misiles están encerrados, se desarrolló una nueva técnica de lanzamiento en la que los tubos de lanzamiento se elevan verticalmente. Los misiles son empujados al aire por encima del transportador, entonces el motor se encendería a una distancia segura en el aire. Las maniobras se lograron en gran medida mediante el uso de combustible para dirigir, otra innovación.
Las variantes navales y terrestres difieren en cuanto a su alcance, y aparentemente la producción de algunas variantes de exportación del S-300 continúa.
Un Futuro Rápido
El sistema S-400 fue el primero de la familia “S” en el que la Federación Rusa comenzó a probar y poner en funcionamiento en la era post Unión Soviética. Además de aumentar el alcance y la resistencia, la familia S-400 ha mejorado los radares para que apunten a aviones con sección transversal de radar (RCS) reducida, o a cazas furtivos. Rusia afirma que el enlace de comunicaciones entre los misiles y el centro de mando es irrompible, en parte porque utilizan un sistema automático de salto de frecuencia de comunicación en el que el misil y el centro de mando cambian rápidamente de radiofrecuencia simultáneamente.
En particular, la plataforma S-400 fue adquirida por Turquía en junio de 2019 y resultó en la expulsión de Turquía del programa F-35 estadounidense. China e India también han comprado el sistema. La adquisición de China le permitiría defenderse ante una posible ofensiva de Taiwán. Los elementos del sistema S-400 también se basan en la península rusa de Kaliningrado, que permite a Rusia cubrir partes de Europa Occidental.
Hacia la modernidad
Según se informa, en mayo de 2018, Rusia llevó a cabo una prueba del sistema S-500 que batió el récord mundial, en la que alcanzó un objetivo aéreo a unas 299 millas de distancia del lugar de lanzamiento. Los detalles proceden de fuentes rusas y, en el mejor de los casos, son superficiales. Aparentemente, el sistema S-500 sería capaz de apuntar a vehículos de vuelo hipersónicos que viajan por encima de Mach 5, satélites de órbita baja, y sería más o menos análogo al sistema THAAD de los Estados Unidos.
Se sabe muy poco sobre el sistema ruso de misiles de defensa aérea S-600. El sistema de misiles S-600 sería la última evolución de la familia “S” de los sistemas tierra-aire rusos. Si las tendencias en las generaciones anteriores de SAMs soviéticas/rusas son un indicio de ello, se esperaría un aumento de la letalidad contra los objetivos de RCS, especialmente adaptados a los cazas F-25 y F-22, a los que Rusia probablemente se enfrentaría en caso de hostilidades con los países alineados con la OTAN. También cabe esperar un aumento de la letalidad y una reducción de los objetivos y del tiempo de respuesta.
Sin embargo, esto dependería en gran medida del tipo y la calidad del radar que se utilizaría conjuntamente. Pero, si las iteraciones anteriores son una indicación de su potencia, es probable que supongan un reto formidable para los países de la OTAN una vez que sean enviados.