Tras meses de silencio radial y filtraciones dispersas de fuentes anónimas, altos funcionarios de la industria de defensa rusa finalmente están dando declaraciones sobre el próximo sistema de defensa de misiles S-500 de Rusia, y es posible que llegue antes de lo esperado.
Sergei Chemezov, CEO del conglomerado ruso de defensa Rostec, inició una nueva ronda de especulaciones cuando recientemente dijo a los medios rusos que el S-500 entrará en servicio “muy pronto”: “Se están desarrollando nuevas armas de última generación. Por lo tanto, en cuanto podamos vender sistemas S-400, empezaremos a fabricar sistemas S-500. Estos son sistemas más actualizados. Preferiría no hablar de ellos ahora, aún no están operativos. Creo que entrarán en servicio muy pronto”.
El ministro ruso de Industria y Comercio, Denis Manturov, fue aún más lejos que Chemezov al afirmar la preparación del S-500: “El desarrollo del sistema de defensa antimisiles Prometheus S-500 está en su fase final. El S-500 ha completado las pruebas de estado, y ahora se encuentra en proceso de perfeccionamiento de los sistemas. Las especificaciones primarias del sistema de misiles fueron verificadas durante el curso de las pruebas, y el sistema está listo para la producción en serie. En general, el desarrollo avanza según lo previsto, y las primeras unidades S-500 se entregarán a las fuerzas armadas rusas dentro del calendario establecido por el programa estatal de armamento 2027”, dijo Chemezov a la agencia de noticias rusa Interfaks.
Sigue sin estar claro cuál es exactamente ese calendario, y en algunos análisis previos se llega a la conclusión de que es poco probable que el S-500 entre en producción en serie durante el período 2018-2027. Sin embargo, una oleada de declaraciones del Kremlin en las últimas semanas sugiere que los primeros S-500 podrían llegar mucho antes de lo esperado. Como dijo el viceprimer ministro Yuri Borisov: “El éxito de las pruebas preliminares ha permitido al Ministerio de Defensa de Rusia tomar la decisión de reducir el tiempo de inicio de las entregas en serie de este sistema de misiles tierra-aire a las tropas. Como resultado, los sistemas S-500 comenzarán a llegar a los regimientos de misiles de defensa aérea ya en los próximos años”. Eso podría ser tan pronto como el próximo año, según el anuncio anterior del Ministro de Defensa Sergei Shoigu de que el Ejército ruso realizará las primeras entregas de S-500 en 2020.
Las especificaciones de hardware del S-500 aún no han sido reveladas oficialmente, pero la actual cosecha de fugas en los medios de comunicación rusos y las declaraciones abreviadas de los fabricantes prometen las mejores características de rendimiento de su clase, incluyendo un alcance antimisiles de hasta 600 kilómetros y la capacidad de rastrear simultáneamente hasta diez misiles balísticos que vuelan a cuatro millas por segundo.
Pero ¿por qué, después de años de retrasos, el Kremlin se ha interesado tanto en expulsar el S-500 tan pronto como sea posible? Hay varios factores en juego.
En primer lugar, el momento de la exportación. El comentario de Chemezov da nueva vida a las especulaciones previas de que la industria de defensa rusa se estaba conteniendo con los anuncios importantes del S-500 a la espera de la finalización de los contratos cruciales del S-400 con India, China y Turquía. El nuevo afán del Kremlin por comenzar la producción de S-500 también coincide con el anuncio del presidente turco Recep Erdogan de que Turquía producirá conjuntamente el S-500 con Rusia.
En segundo lugar, ahora está claro que el S-500 no es para el S-400 lo que el S-400 era para el S-300: es decir, el ejército ruso no tiene intención de sustituir cada S-400 por un S-500 en un futuro próximo. En cambio, el S-500 servirá junto con el S-400 como un sistema antiaéreo más potente y de mayor alcance que está diseñado para interceptar de forma fiable los ICBM hipersónicos más peligrosos e incluso objetivos en el espacio cercano.
El S-500 está destinado a cumplir un propósito vital, pero estratégico, y por lo tanto es poco probable que se produzca en masa. Mientras tanto, el S-400 seguirá siendo la columna vertebral convencional del arsenal de defensa antimisiles de Rusia en un futuro previsible.