Rusia ha estado utilizando armas fabricadas y exportadas por Francia y Alemania en su guerra contra Ucrania, según ha informado el periódico británico The Telegraph en un análisis de la Unión Europea.
Aunque The Telegraph afirma haber accedido en exclusiva al análisis de la UE, informes de investigación independientes desde que comenzó la guerra han llegado a la misma conclusión.
A pesar de la decisión de la UE de 2014 sobre un embargo de armas a Rusia después de que invadiera Crimea, entre 2015 y 2020, 10 Estados miembros de la UE siguieron suministrándole equipo militar por valor de 346 millones de euros, el 44% de los cuales procedía de Francia y el 35% de Alemania, según un informe del 17 de marzo de la agencia de noticias independiente europea Investigate Europe.
Los otros países eran Italia, Austria, Bulgaria, República Checa, Eslovaquia, Finlandia, España y Croacia.
Los equipos suministrados por Francia se clasificaron en la categoría de “bombas, cohetes, torpedos, misiles y cargas explosivas”, así como “equipos de imagen, aviones con sus componentes y “vehículos más ligeros que el aire”“, según Investigate Europe.
El informe también citaba una publicación del 14 de marzo de la ONG francesa de periodismo de investigación Disclose, según la cual las exportaciones francesas también incluían cámaras de imagen térmica para más de 1.000 tanques rusos, sistemas de navegación y detectores de infrarrojos para cazas y helicópteros de combate. Algunos de ellos se están utilizando ahora en el frente ucraniano, según el informe.
Las exportaciones alemanas a Rusia incluyeron buques rompehielos, fusiles y vehículos de “protección especial”.
Francia y Alemania afirman que no violaron el embargo, basando cada uno su argumento en una laguna jurídica diferente. Francia alega que las exportaciones fueron meras ejecuciones de contratos anteriores, lo que no estaba explícitamente prohibido en el embargo de la UE. Alemania alegó que los equipos que exportó eran artículos de “doble uso” y que Rusia les garantizaba que se utilizarían únicamente para fines civiles.
La UE cerró la brecha alemana en su quinto paquete de sanciones, ratificado el 8 de abril. La decisión impuso “nuevas restricciones a las exportaciones de bienes y tecnología de doble uso y a la prestación de servicios conexos, así como restricciones a las exportaciones de determinados bienes y tecnología que podrían contribuir a la mejora tecnológica de Rusia en su sector de defensa y seguridad”, dice la legislación de la UE.
“También introduce restricciones a la prestación de servicios conexos. Se prevén exenciones limitadas a dichas restricciones para fines legítimos y predeterminados”.