El SR-72 Darkstar, protagonista del último acto de Top Gun, encarna la convergencia entre la narrativa cinematográfica y el progreso tangible en el campo de la tecnología hipersónica, lo que le ha valido el sobrenombre de “Descendiente del Blackbird”.
Este avión, a diferencia de su predecesor, el SR-71, cuenta con la capacidad de desplegar armamento, concretamente misiles hipersónicos en desarrollo por Boeing, lo que supone un avance significativo en la dinámica del combate aéreo.
SR-72 Darkstar: Revolución en la guerra aérea moderna
Diseñado por Lockheed Martin para operar sin tripulación a velocidades de Mach 6 y altitudes de hasta 85.000 pies, el SR-72 aspira a convertirse en una pieza clave en tareas de reconocimiento bajo el prisma de las actuales tensiones geopolíticas. Este escenario plantea la cuestión de si podría evolucionar hacia un bombardero hipersónico.
Un momento destacado de la reciente película Top Gun muestra al personaje de Tom Cruise, Maverick, maniobrando un avión de combate que parece más una nave alienígena que un avión tradicional, dominando el cielo adverso.
Este vehículo, al que en la trama se hace referencia como “Darkstar”, se insinúa como el avión espía de última generación que el ejército estadounidense está perfeccionando, identificado como SR-72 Darkstar.
En un curioso giro, durante el rodaje de Top Gun 2, espías chinos confundieron la maqueta del avión con un prototipo real, ordenando a uno de sus satélites que captara imágenes del mismo, sin ser conscientes de su verdadera naturaleza cinematográfica. Sin embargo, esta ficción se inspira en hechos auténticos.
Ingeniería y estrategia: El alcance defensivo del SR-72
La realización del SR-72 representa un hito de la ingeniería, siendo un testimonio del talento y la dedicación de todos los implicados en el proyecto.
Aunque apodado “Darkstar” en Top Gun, el verdadero SR-72 carece de designación oficial. Ha sido bautizado como “Hijo del Blackbird”, en honor del que posiblemente sea el mejor avión jamás desplegado por el ejército estadounidense.
Un aspecto revolucionario que distingue al SR-72 de su precursor, el SR-71, y que capta el interés de los estrategas de defensa, es su capacidad de lanzamiento de armas, según se desprende de múltiples informes sobre el SR-72. Mientras que el SR-71 Blackbird se limitaba a la recogida de imágenes y a batir récords de vuelo, carecía de capacidad ofensiva, una limitación que el SR-72 supera con su potencial para desplegar armas hipersónicas desarrolladas por Boeing.
Este avance sitúa al SR-72 en una liga propia, especialmente si se tiene en cuenta que Estados Unidos se ha enfrentado a retos en el desarrollo de armas hipersónicas, a diferencia de sus competidores rusos y chinos.
Aunque Estados Unidos ha realizado pruebas con armas hipersónicas lanzadas desde aviones como el B-52 Stratofortress, este último es un bombardero de gran tamaño que contrasta con el SR-72, más ágil y versátil.
El desafío de la alta velocidad: la capacidad ofensiva del SR-72
Ante la perspectiva de operar a velocidades sin precedentes, surge la pregunta de si el SR-72 será capaz de realizar lanzamientos de armas en condiciones de Mach 6, equivalente a aproximadamente 4.000 millas por hora, a una altitud de 85.000 pies. Lockheed Martin y su legendario equipo Skunk Works han esbozado que este innovador proyecto no requerirá tripulación, según varias fuentes.
La existencia del SR-72 como icono de la ingeniería contemporánea es indiscutible. Sin embargo, en un panorama global marcado por incertidumbres políticas y amenazas emergentes, la necesidad del Ejército del Aire de adquirir lo que se considera esencialmente una plataforma de reconocimiento es cuestionable. En el contexto de las crecientes tensiones con Rusia y China, un avión con capacidad ofensiva hipersónica podría representar un activo estratégico de mayor valor.
Potencial estratégico en la era hipersónica: más allá de la velocidad
El valor de los sistemas de armas y aeronaves hipersónicas no reside únicamente en su capacidad para alcanzar velocidades sin precedentes. Su verdadera ventaja reside en la imprevisibilidad de sus trayectorias, lo que supone un reto considerable para las defensas aéreas actuales.
Esta incapacidad para anticipar y contrarrestar las maniobras hipersónicas ofrece una ventana de oportunidad táctica hasta que se desarrolle una respuesta eficaz a esta revolución tecnológica. En este escenario, la prioridad del Ejército del Aire debe ser la implantación de sistemas capaces de portar un arsenal más amplio, en detrimento de soluciones basadas exclusivamente en capacidades de vigilancia y reconocimiento.
Con la llegada de las estrategias antiacceso y de denegación de área (A2/AD), la capacidad del ejército estadounidense para proyectar su poder en las proximidades de territorio hostil se enfrenta a importantes obstáculos. La proyección de fuerzas es un pilar fundamental de la doctrina militar estadounidense; un declive de esta capacidad podría interpretarse como una vulnerabilidad estratégica. En este contexto, los sistemas hipersónicos surgen como una solución prometedora para superar las barreras A2/AD establecidas por adversarios como China y Rusia, garantizando así la capacidad de Estados Unidos para mantener su preeminencia en el tablero geopolítico mundial.
Proyecto Mayhem: Pionero en la nueva era del bombardeo hipersónico
El escenario actual nos presenta el Proyecto Mayhem, una audaz iniciativa de las Fuerzas Aéreas de EE. UU. centrada en el desarrollo de un bombardero hipersónico no tripulado.
Se ha especulado con la posibilidad de que las innovaciones en motores desarrolladas para el SR-72 sirvan de precursores tecnológicos para los propulsores que catapultarán el Proyecto Mayhem. Aunque los dos proyectos avanzan en paralelo, su interrelación plantea interrogantes sobre las prioridades estratégicas del Ejército del Aire.
La cuestión predominante es por qué la atención no se centra exclusivamente en el Proyecto Mayhem.
Se prevé que el Proyecto Mayhem, al igual que el SR-72, alcance velocidades cercanas a Mach 6, pero con una mayor capacidad de carga útil. Esta plataforma promete desplegar un arsenal hipersónico que supera en magnitud y potencial destructivo a cualquiera de los actualmente en servicio.
Superar las barreras de la defensa antiaérea: La promesa del Proyecto Mayhem
La superioridad de un bombardero hipersónico sobre sus homólogos convencionales se pone de manifiesto en su capacidad para ejecutar ataques precisos contra objetivos protegidos por densas redes de defensa antiaérea.
Mientras que un bombardero estándar se enfrentaría a serias limitaciones ante tales defensas, el Proyecto Mayhem está concebido para superar estos obstáculos con agilidad, permitiendo el lanzamiento de su carga bélica de forma eficaz y segura antes de que pueda verse comprometida.
En este contexto, la apuesta del Ejército del Aire por las capacidades hipersónicas es un acierto. El SR-72 representa un salto cuántico en términos de innovación y diseño; sin embargo, su posición jerárquica respecto al Proyecto Mayhem debería ser reevaluada.
La misión principal debería centrarse en garantizar a las Fuerzas Aéreas una capacidad de ataque hipersónico eficaz y fiable, situando al Proyecto Mayhem como piedra angular de esta estrategia futurista.