Los submarinos nucleares Delta IV de Rusia siguen en operación, con la capacidad de patrullar y atacar desde el océano, generando preocupaciones sobre posibles ataques catastróficos.
Rusia y su flota de submarinos Delta IV
La armada rusa continúa operando seis submarinos nucleares Delta IV (Proyecto 667B Murena), que patrullan en secreto los océanos. Estos submarinos llevan misiles balísticos RSM-54 Makeyev (SS-N-23 Skiff para la OTAN), los cuales podrían tener un alcance de 5.200 millas.
Se cree que el RSM-54 puede disparar cabezas nucleares en vehículos de reentrada múltiple, aunque no hay mucha información disponible sobre su composición o letalidad.
Además, los Delta IV, al igual que sus predecesores, los submarinos de la clase Typhoon, pueden realizar misiones de rompehielos en el Océano Ártico y amenazar objetivos estadounidenses con riesgo de destrucción nuclear.
Ataques «de improviso» desde el Ártico
Los misiles nucleares de la región ártica podrían ser utilizados para realizar ataques nucleares masivos y sorpresivos contra Estados Unidos, intentando inhabilitar cualquier capacidad de respuesta o contraataque estadounidense.
Si varios submarinos Delta IV lanzaran ataques nucleares simultáneos desde la región ártica, las armas no tendrían que recorrer largas distancias para alcanzar rápidamente a Estados Unidos y Canadá.
Esta preocupación es una de las razones por las que el Pentágono trabaja en mantener una tríada nuclear completa, con opciones terrestres, aéreas y submarinas para un ataque nuclear.
Disuasión estratégica
La disuasión estratégica busca evitar ataques nucleares garantizando que, en caso de un ataque, el agresor sería eliminado por completo en un segundo ataque catastrófico de represalia.
Si los interceptores terrestres de EE.UU. no pudieran rastrear e interceptar una gran cantidad de misiles nucleares, los submarinos nucleares armados con misiles balísticos realizarían misiones clandestinas de reconocimiento para garantizar la aniquilación total del atacante.
Esta paradoja sugiere que sólo a través de la promesa de catástrofe total y destrucción, puede haber garantía de paz.
Actualizaciones y desarrollos
Un informe de 2017 indica que Rusia ha actualizado sus misiles balísticos lanzados desde submarinos RSM-54 a una variante Sineva con un alcance mucho mayor, de más de 8.000 km.
La existencia de los submarinos nucleares rusos de las clases Yasen y Delta IV podría ser una de las razones por las que el Pentágono ha priorizado el desarrollo de los submarinos nucleares con misiles balísticos de la clase Columbia.
Implicaciones globales
La presencia y capacidad de los submarinos nucleares rusos Delta IV y Yasen tienen un impacto en la política de defensa y disuasión nuclear global. Estos submarinos son una preocupación para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, quienes trabajan en desarrollar y mantener sistemas de defensa capaces de enfrentar estas amenazas potenciales.
El desarrollo y actualización de misiles y submarinos por parte de Rusia, así como la implementación de estrategias de disuasión por parte de Estados Unidos, evidencian la continua tensión entre las dos potencias y la importancia de mantener un equilibrio de fuerzas en la era nuclear.