Rusia ha estado desplegando más submarinos en el Atlántico, y por períodos más largos, donde pueden amenazar la infraestructura de los Estados Unidos mientras patrullan los barcos de los países de la Costa Este y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, según los comandantes navales de los Estados Unidos y sus aliados.
“Ahora lo vemos rutinariamente: más submarinos, más lejos, durante períodos más largos”, dijo el Vicealmirante Keith Blount, comandante del Comando Marítimo Aliado de la OTAN, en una entrevista, informa el Wall Street Journal. Además, el vicealmirante Andrew Lewis, comandante de la Segunda Flota de los Estados Unidos, dijo a principios de este año que los buques estadounidenses no pueden esperar cruzar el Atlántico sin obstáculos, ya que están entrando en un espacio disputado.
En los últimos años, Rusia ha gastado miles de millones de dólares para mejorar su flota de submarinos que heredó de la antigua Unión Soviética. Los nuevos buques son más silenciosos y rápidos y pueden permanecer bajo el agua a mayores profundidades.
A finales del año pasado, la Armada Rusa realizó uno de sus mayores ejercicios desde que terminó la Guerra Fría, cuando envió 10 submarinos desde la base de la costa ártica del país hacia el Atlántico Norte. El ejercicio implicó probar armas y bucear a máxima profundidad en la costa noruega, dijeron.
Sin embargo, Mike Petersen, director del Instituto de Estudios Marítimos de Rusia en la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos, dijo que la principal tarea de los submarinos es rastrear objetivos de importancia crítica como portaviones e infraestructura en Estados Unidos y Europa.
“Pueden cruzar el Atlántico y pasar desapercibidos frente a la costa este, e incluso atacar objetivos en Estados Unidos o Europa si se dejan solos”, advirtió.
Añadió que los submarinos de propulsión nuclear rusos son “los más letales, los más sigilosos y los de mayor resistencia, entre las fuerzas navales – son su as en la manga”.
La OTAN ha incrementado su capacidad para cazar submarinos, incluyendo el pedido del Reino Unido de 9 nuevos aviones de patrulla marítima Boeing P-8A Poseidón y el compromiso de Noruega de comprar 5.
Mientras tanto, la Marina de los Estados Unidos ha regresado a Islandia, donde su base aérea de la época de la Guerra Fría fue desactivada en 2006.