En los últimos 25 años, el comercio entre África y China no ha dejado de aumentar, y Pekín ha estrechado lazos con Sudáfrica. Ahora Moscú está desarrollando una cooperación técnico-militar con Pretoria, como puso de manifiesto la visita del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, a la nación africana a principios de esta semana.
Rusia y China también llevarán a cabo un ejercicio marítimo multinacional en el Océano Índico con Sudáfrica el mes que viene, cerca de las ciudades de Durban y Richards Bay. Los ejercicios, previstos del 17 al 27 de febrero, tendrán lugar justo cuando Rusia cumpla un año de su invasión de Ucrania.
El ejercicio es notable. Sudáfrica es la nación más desarrollada del continente, y el ejercicio subraya cómo se ha negado a ponerse del lado de Occidente en el conflicto, o incluso a condenar las acciones de Moscú. El lunes, el ministro sudafricano de Asuntos Exteriores, Naledi Pandor, intentó desviar las críticas sobre los ejercicios conjuntos con Rusia y China, diciendo a los periodistas que “todos los países realizan ejercicios militares con amigos en todo el mundo”.
El Ministerio de Defensa sudafricano defendió además las próximas maniobras y señaló que el país ha organizado ejercicios similares con Francia, Estados Unidos y otras naciones de la alianza de la OTAN.
La postura de Pretoria podría considerarse un golpe propagandístico para Moscú. Lavrov, que se encuentra de gira por África esta semana, también ha defendido los próximos ejercicios.
“En cuanto a los ejercicios navales [de Rusia, Sudáfrica y China], y en qué medida reflejan el deseo de desarrollar la cooperación militar: Estamos desarrollando la cooperación militar con la República Popular China, y también con la República de Sudáfrica”, dijo Lavrov a los periodistas, según un informe de Tass.
El funcionario ruso también sugirió que las maniobras conjuntas con socios internacionales son ya habituales.
“Hemos celebrado ejercicios navales de este tipo con China e India, por ejemplo. En primer lugar, son antiterroristas”, añadió Lavrov, y sugirió que Occidente estaba reaccionando de forma exagerada, “especialmente en una situación en la que Occidente lleva a cabo este tipo de ejercicios en escenarios abiertamente agresivos con mucha más frecuencia que nuestros países”.
Por otra parte, como informó la BBC el martes, los dirigentes sudafricanos tienen una conexión con Rusia. Durante la lucha contra el régimen de minoría blanca conocido como Apartheid, miembros del movimiento de liberación de Sudáfrica recibieron entrenamiento militar en la Unión Soviética.
Washington ha expresado su alarma por los crecientes vínculos de Sudáfrica con Rusia.
“A Estados Unidos le preocupa que cualquier país… haga ejercicio con Rusia mientras Rusia libra una guerra brutal contra Ucrania”, declaró a la prensa la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Sudáfrica ha dicho que es imparcial respecto a la guerra en Ucrania, y el año pasado estuvo entre las 17 naciones africanas que se abstuvieron de condenar la “agresión” rusa y exigir su retirada de Ucrania. Sin embargo, varias naciones africanas -en particular Nigeria y Kenia, países descritos como las potencias económicas de África Occidental y Oriental respectivamente- votaron a favor de la resolución de la asamblea general de las Naciones Unidas el pasado mes de marzo para condenar la invasión rusa.
Durante su visita a Sudáfrica esta semana, Lavrov culpó a los líderes occidentales de la continua agresión rusa en Ucrania y sugirió que su nación estaba preparada para poner fin a la guerra apenas unas semanas después de invadirla. También advirtió de que cuanto más tiempo rechace Ucrania las conversaciones de paz, más difícil será resolver el conflicto.