La Fuerza Aérea sueca considera utilizar el JAS 39 Gripenpara el lanzamiento de satélites, y complementar su estrategia de operaciones variadas.
Suecia y su estrategia espacial con el caza Saab Gripen
Suecia está evaluando la viabilidad de utilizar el avión de combate multifunción Saab Gripen para lanzar pequeños satélites, según informó la Fuerza Aérea sueca durante el Salón Aeronáutico de Farnborough. Esta iniciativa se enmarca en la nueva estrategia espacial de las fuerzas armadas suecas, la cual complementa su doctrina militar de operaciones dispersas, inherente a la filosofía de diseño y orientación táctica del Gripen.
La reciente adhesión de Estocolmo a la OTAN el 7 de marzo de 2024 ha incrementado la importancia de este proyecto, que busca contrarrestar las capacidades aéreas rusas. Las operaciones desde carreteras y aeródromos menores en Suecia, rodeados de montañas, presentan desafíos significativos para el reconocimiento ruso, lo que el Gripen podría aprovechar en caso de conflicto.
En un contexto similar, algunos países de la OTAN como Noruega y Dinamarca han comenzado a integrar tácticas de operación conjunta entre sus F-35 y los Gripen suecos. En estas tácticas, los F-35A aterrizan en carreteras y utilizan hangares en montañas para protegerse, lo que demuestra una creciente colaboración en la región.
El estudio Stella y el potencial de lanzamiento espacial
El proyecto, identificado como el estudio Stella, está siendo desarrollado en conjunto con la Agencia de Investigación de Defensa sueca. Según la coronel Ella Carlsson, jefa de la División Espacial de la Fuerza Aérea Sueca, el estudio está explorando la posibilidad de que el Gripen pueda lanzar un satélite pequeño a la órbita baja terrestre (LEO). Durante un evento del Club de Fans de la Fuerza Aérea Sueca en Farnborough, Carlsson explicó que aunque el proyecto está en una fase inicial, no se descarta que se llegue a una capacidad operativa futura.
Los primeros hallazgos del Instituto Real de Tecnología KTH de Estocolmo indican que un cohete lanzado desde un avión podría colocar satélites de hasta dos kilogramos en la órbita baja terrestre. Carlsson mencionó que los detalles del estudio y su propósito final aún están por determinarse, y cualquier modificación significativa en el diseño del Gripen para acomodar un cohete sería improbable.
Las capacidades específicas del satélite a lanzar, como la posibilidad de incluir tecnología óptica o de radar, aún no se han definido. Además, no se ha aclarado si el proyecto cuenta con contribuciones de Estados Unidos y Europa, lo que podría influir en su integración en las operaciones de la OTAN.
Posibles aplicaciones tácticas y desafíos técnicos
La capacidad de lanzar nanosatélites en momentos cruciales podría proporcionar una ventaja significativa en situaciones de combate dinámicas, permitiendo un reconocimiento rápido desde el espacio. Alternativamente, podría buscarse la creación de una constelación de satélites permanentes que mejoren las capacidades de inteligencia y vigilancia.
El uso de un avión de combate como el Gripen para el lanzamiento de satélites está limitado por la capacidad de carga útil del avión, restringiendo el tamaño de los satélites a nanosatélites. Estos se integrarían en un cohete propulsor que se lanzaría a gran altitud, fuera de la atmósfera densa. La propulsión más adecuada sería a base de combustibles sólidos o líquidos, en lugar de motores que requieran aire.
El concepto de operaciones dispersas, conocido como ACE, que Suecia ha desarrollado, es central en este proyecto. Este enfoque busca maximizar las fortalezas operativas del Gripen en escenarios que involucran operaciones en terrenos complejos y dispersos. La idea se originó tras una conversación con un exdirector de la Agencia Espacial Ucraniana, quien destacó la utilidad de las capacidades de lanzamiento rápido de satélites.
Contexto internacional y precedentes históricos
En Ucrania, la dispersión de aeródromos y bases aéreas cerca de la frontera con Polonia ha sido una táctica para minimizar los daños de los ataques con misiles rusos de largo alcance. Tener satélites capaces de vigilar bases y operaciones rusas mejoraría significativamente la capacidad de respuesta y detección de la OTAN, añadiendo otra capa de seguridad en el contexto de un posible bloqueo de sistemas de guerra electrónica por parte de Rusia.
Italia también ha considerado la posibilidad de usar sus Eurofighter Typhoon para lanzar pequeños satélites al espacio. Un concepto del Consejo Nacional de Investigación de Italia ilustra cómo un Typhoon podría lanzar un misil que, al alcanzar el espacio, liberaría un satélite.
La idea de utilizar aviones de combate para misiones espaciales no es nueva. En la década de 1970, Estados Unidos desarrolló el ASM-135A, un misil antisatélite, anticipándose a la posibilidad de que la Unión Soviética empleara “satélites asesinos”. En una prueba en septiembre de 1985, un F-15A lanzó un ASM-135A que destruyó un satélite en órbita, demostrando por primera vez la capacidad de un misil estadounidense para destruir satélites.