Soldados del Ejército Popular de Liberación (EPL) de China fueron vistos utilizando un visor portátil y disparando sus rifles en las esquinas accediendo a la vista del sistema de puntería en sus visores, en una forma diferente de sistema de “tiro en las esquinas”.
El sistema, que aparece en un reportaje promocional de un medio de comunicación afiliado al ejército y en una publicación de tecnología de defensa, es útil, pero corre el riesgo de seguir el camino de dos programas de este tipo del ejército estadounidense a los que no les fue bien ni tecnológica ni financieramente.
Denominados sistemas de realidad aumentada, esos dispositivos son como las versiones terrestres de las pantallas montadas en los cascos que llevan los pilotos de caza y que proyectan toda la información y los datos de vuelo en el visor.
Pero el vídeo chino también mostraba que los sistemas de RA se duplican como arma de “tiro de esquina”, en la que el tirador puede tener la perspectiva de la mira del arma en sus ojos, lo que abre un sinfín de posibilidades para disparar con flexibilidad.
¿El nuevo tiro de esquina?
El vídeo muestra a soldados de infantería chinos -posiblemente personal de operaciones especiales- cargando los cargadores de sus fusiles de asalto QBZ-95 estándar.
Después de disparar unos cuantos tiros con sus pistolas y rifles, se ve a los soldados llevando diferentes viseras bajo sus cascos. Un soldado asoma el arma por la esquina y dispara por encima y alrededor de un obstáculo. Esto indica que la vista de la retícula digital del arma también puede verse en las gafas AR.
Este modo de “disparo desde una esquina” es muy diferente del inventado por el teniente coronel retirado de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) Amos Golan, que requería manipular una palanca en un gran kit adaptador que alojaba una pistola. Esto servía para girarla en varias direcciones.
Una pantalla desplegable en la otra mitad del kit transfería las imágenes de la mira óptica conectada a las pistolas. Encontró utilidad inmediata en escenarios de lucha antiterrorista, rescate de rehenes y guerra urbana, y fue adoptado por muchos organismos de seguridad y policiales de todo el mundo.
Sin embargo, el sistema AR chino parece más flexible en cuanto a permitir un arma más grande, como un fusil de asalto, que dispara una bala mayor. Además, la instalación del arma no requiere un kit adaptador, lo que facilita la rápida adquisición del objetivo.
Se desconoce si el sistema está pensado exclusivamente para disparar desde las esquinas o si se trata de un dispositivo más amplio para compartir información que conecte a los tiradores con drones, centros de mando y control y aviones no tripulados. Pero es poco probable que, aunque se trate de un prototipo de pruebas, China lo utilice sólo para “disparar en las esquinas”.
Hablan los expertos
El coronel Bipin Shinde (retirado) está de acuerdo en que el sistema tiene sus ventajas. “Varias combinaciones de información, desde radares del campo de batalla, drones, UAVs, imágenes de satélite, pueden ser alimentadas al head-up display”. Pero también advierte de la “sobrecarga de información”, sobre todo si no está correctamente estructurada, “que puede convertirse en un obstáculo”.
“Además, la dependencia excesiva de los sistemas de RA podría interrumpir completamente el funcionamiento si se destruye o funciona mal”, añade. El sistema chino podría ser un prototipo de prueba, no un diseño final, que se acaba de enviar a las unidades operativas para recabar su opinión.
El sistema demasiado avanzado de EE.UU. que abrumó a los soldados
Los intentos anteriores del ejército de EE.UU. de crear una pantalla de visualización frontal (HUD) para soldados de infantería fracasaron estrepitosamente. El Integrated Augmented Display, que forma parte del programa Future Warrior/Land Warrior, se envió a los soldados de Irak y Afganistán en 2007, y las unidades lo odiaron.
Sólo con un peso de 7,7 kg (17 libras), las unidades citaron desorientación, movilidad, requisitos de espacio para el equipo, cables torpes, puntería de las armas y problemas técnicos.
El sistema contaba con dispositivos que ofrecían a los soldados más información sobre su entorno, compartían datos con los miembros de sus escuadrones, los mandos tácticos y otros recursos, y se transmitían a los visores y oculares de los cascos.
Por no hablar de los costes obscenos que supuso el proyecto. Desde 1989, cuando se lanzó, hasta 2009, la cantidad invertida en su desarrollo se elevó a 3.500 millones de dólares.
Más tarde rebautizado como el Programa Guerrero de la Fuerza Objetivo, se esperaba que la fecha de lanzamiento del sistema fuera 2015, pero no se informó de nada hasta un año después, en 2016. Se calcula que el coste debe haberse duplicado hasta casi 7.000 millones de dólares, lo suficiente para comprar 31 unidades del F-35C, la variante más avanzada del caza furtivo, a un precio aproximado de 117 millones de dólares por avión.
Pero la cosa no acaba aquí. El programa IVAS (Sistema Integrado de Aumento Visual) se propone no repetir los errores de los proyectos Future Warrior y Land Warrior.
Su promesa es un enfoque fundamentalmente nuevo, en el que las disposiciones del sistema se basan más en el soldado que en los tecnólogos. “IVAS es el resultado del trabajo conjunto de codificadores y soldados sin ningún requisito burocrático… realizando adaptaciones militares en un tiempo récord”, decía un artículo de Breaking Defense.
IVAS nació de la tecnología HoloLens de Microsoft, adaptada para fines militares. Un informe del Pentágono sugería que a los soldados de infantería no les gustaba el sistema y preferirían deshacerse de él.
El Director de Pruebas y Evaluación Operativa, Nick Guertin, en su evaluación para el Departamento de Defensa (DoD), afirmó: “Más del 80% (de los soldados experimentaron) dolores de cabeza, fatiga visual y náuseas (a las) tres horas de utilizar la versión personalizada de las gafas HoloLens de Microsoft”. El IVAS cuesta 21.900 millones de dólares, necesarios para proporcionar 120.000 dispositivos a lo largo de diez años.