Desglose de las clases Ohio, Los Ángeles, Seawolf, y Virginia, pilares de la estrategia marítima de Estados Unidos.
Evolución y predominio de los submarinos en la guerra naval contemporánea
Desde su introducción en el teatro de operaciones durante la Primera Guerra Mundial, los submarinos han experimentado una evolución significativa, culminando en un rol central en las estrategias militares marítimas actuales. La Armada de Estados Unidos lidera este ámbito con una flota sin paralelo, compuesta por 71 submarinos distribuidos en cuatro clases distintas: Ohio, Los Ángeles, Seawolf, y Virginia. Estos buques se clasifican en submarinos de ataque rápido, submarinos de misiles balísticos, y submarinos de misiles guiados, cada uno diseñado para cumplir con misiones específicas, aunque con ciertas capacidades superpuestas.
La categoría más numerosa, los submarinos de ataque rápido, tienen la tarea principal de aniquilar y perturbar el tráfico naval enemigo en tiempos de conflicto. Armados con misiles de crucero Tomahawk, misiles antibuque UGM-84 Harpoon, y torpedos Mk48, las clases Los Ángeles, Seawolf, y Virginia son ejemplos preeminentes de esta tipología.
Por otro lado, los submarinos de misiles balísticos, principalmente los 14 de la clase Ohio con configuración Trident II, constituyen el eje de la disuasión nuclear marítima de EE. UU. Capaces de portar 24 misiles balísticos nucleares cada uno, representan una parte sustancial del arsenal de disuasión nuclear del país.
Capacidades versátiles y apoyo a las operaciones especiales de la flota
La tercera categoría, los submarinos de misiles guiados, aunque menos numerosa, desempeña un papel crucial en la proyección de potencia de fuego. La conversión de buques de la clase Ohio con configuración Trident I a este tipo ha resultado en una capacidad impresionante de lanzamiento vertical de misiles, con cada submarino capaz de disparar 154 misiles Tomahawk. Este arsenal representa más del 50% de la capacidad de lanzamiento vertical de misiles submarinos de la Armada.
Todos estos submarinos operan con propulsión nuclear, lo que les permite una capacidad operativa prácticamente ilimitada, restringida solo por la necesidad de reaprovisionamiento de víveres y mantenimiento rutinario. Además, ciertos submarinos, como los de misiles guiados de la clase Ohio y algunos de la clase Virginia, ofrecen apoyo vital a fuerzas de operaciones especiales. Estos buques cuentan con salas de torpedos reconfigurables capaces de albergar un número significativo de operadores de élite, como los SEAL de la Marina y los Boinas Verdes, potenciando así su efectividad en misiones tanto bélicas como de paz.
La integración de submarinos y fuerzas de operaciones especiales no es un concepto reciente, remontándose a la Segunda Guerra Mundial, donde jugó un papel fundamental en el éxito de misiones aliadas en Europa y el Pacífico. La combinación de estas capacidades multiplica exponencialmente las opciones estratégicas disponibles para la Armada de EE. UU., consolidando su supremacía en el dominio submarino a nivel global.