La Fuerza Aérea solicita fondos para integrar tanques de combustible externos en el F-35, con el fin de ampliar su alcance en el presupuesto 2026.
Presupuesto 2026 impulsa tanques de combustible para F-35
La Fuerza Aérea de EE. UU. incluyó en su presupuesto propuesto para el año fiscal 2026 una solicitud de fondos para explorar la integración de tanques de combustible externos en el F-35 Joint Strike Fighter, como parte de los esfuerzos de modernización del Bloque 4. Este plan tiene como finalidad extender el alcance de las tres variantes del avión: el F-35A basado en tierra, el F-35B de despegue corto y aterrizaje vertical, y el F-35C basado en portaaviones. El radio de combate actual del F-35A es de aproximadamente 670 millas náuticas (1.241 kilómetros), mientras que el F-35C tiene un alcance ligeramente mayor y el F-35B uno significativamente menor. Aunque todos los F-35 pueden reabastecerse en vuelo, los tanques externos permitirían reducir la dependencia de aviones cisterna en misiones de largo alcance.
El objetivo inmediato, según los documentos presupuestarios, es evaluar la viabilidad y definir los requisitos para incorporar estos tanques, que podrían ser tanques de caída aerodinámicos o tanques de combustible conformados (CFT). No se especificó si el enfoque inicial se dirigirá hacia una variante particular del F-35, ni la cantidad exacta de fondos destinados a este proyecto. Sin embargo, la solicitud forma parte de una asignación más amplia de $432 millones para el programa de modernización del Bloque 4, que incluye mejoras en hardware, software, sensores, guerra electrónica, comunicaciones y armamento.
El interés en los tanques externos no constituye una iniciativa reciente. Entre 2004 y 2007, Lockheed Martin llevó a cabo estudios de diseño para tanques de caída subalares de 480 y 460 galones. En 2018-2019, la compañía reanudó el trabajo en un estudio de extensión de alcance, debido a la necesidad de misiones de mayor distancia. De manera simultánea, en 2019, Israel Aerospace Industries (IAI) y Cyclone, una subsidiaria de Elbit Systems, completaron estudios iniciales sobre tanques de caída de 600 galones y CFT para el F-35I, una subvariante del F-35A operada por la Fuerza Aérea Israelí. En 2020, reportes indicaron que Israel desplegó una capacidad de extensión de alcance para el F-35I, posiblemente mediante modificaciones en el motor y software, aunque no se divulgaron los detalles.
Los tanques externos implican desafíos técnicos, especialmente en aviones sigilosos como el F-35, debido a que pueden comprometer las características de baja observabilidad. Los CFT, diseñados para integrarse al fuselaje, podrían minimizar este impacto en comparación con los tanques de caída, que se desechan para restaurar parcialmente el perfil sigiloso. Lockheed Martin abandonó su diseño inicial de tanques de 480 galones por problemas aerodinámicos y de separación, y optó por un diseño revisado de 460 galones que tampoco progresó. En la actualidad, se desarrollan tanques de caída sigilosos para el F-22 Raptor, lo cual indica la existencia de soluciones potenciales para el F-35.
Datos clave sobre la modernización del F-35 y tanques externos
- Presupuesto 2026 destina $432 millones al programa Bloque 4 del F-35.
- El F-35A tiene un radio de combate de 670 millas náuticas sin tanques externos.
- Israel completó estudios de tanques de 600 galones y CFT para el F-35I en 2019.
- Los tanques externos permitirían reducir la dependencia de aviones cisterna en misiones de largo alcance.
- El programa Bloque 4 incluye mejoras en radar, guerra electrónica y armamento.
Modernización del Bloque 4 y necesidades estratégicas del F-35
El programa Bloque 4 comprende tres líneas principales: desarrollo de software, integración de nuevo hardware y compatibilidad con armamento avanzado. Entre las mejoras previstas se incluyen un radar actualizado, sensores mejorados, capacidades de guerra electrónica avanzadas, sistemas de comunicación modernizados y un arsenal ampliado, que abarca misiles con GPS de código M y capacidades de control de fuego integrado. Estas actualizaciones tienen como fin mantener las prestaciones del F-35 frente a amenazas en evolución, disminuir los costos operativos y favorecer la interoperabilidad en entornos disputados, según los documentos presupuestarios de la Fuerza Aérea de EE. UU.
El interés en los tanques externos responde a necesidades operativas, especialmente en el Indo-Pacífico, donde las grandes distancias y las crecientes capacidades antiaéreas de adversarios como China exigen mayor alcance sin reabastecimiento. La Fuerza Aérea prevé que su futuro caza de sexta generación, el F-47, alcance un radio de combate superior a 1.000 millas náuticas. Sin embargo, los F-35 continuarán siendo el componente principal de la flota táctica estadounidense durante décadas.
La Armada de EE. UU. enfrenta un obstáculo adicional con el F-35C, debido a que el programa de caza de sexta generación F/A-XX, que contemplaba un alcance un 25% mayor, fue cancelado en el presupuesto 2026 con el fin de priorizar el F-47. Además, los aviones cisterna no tripulados MQ-25 Stingray, que se destinarán a las alas aéreas de portaaviones, no alcanzarán su capacidad operativa inicial hasta mediados de 2027, tras demoras importantes. Esto incrementa la importancia de los tanques externos para el F-35C en operaciones navales.
Los operadores internacionales del F-35, como Israel, también requieren mayor alcance por las limitaciones en sus flotas de aviones cisterna. La Fuerza Aérea Israelí ha establecido como prioridad ampliar el alcance del F-35I para misiones que involucren objetivos distantes sin apoyo de reabastecimiento. Otros países con flotas de F-35 y recursos logísticos restringidos probablemente compartan esta necesidad.
Desafíos técnicos y retrasos en el programa F-35
El desarrollo de tanques externos presenta dificultades técnicas, como el aumento de peso y resistencia, que repercuten en el rendimiento del avión. En aviones sigilosos, los tanques deben tener un impacto mínimo en la sección transversal de radar. Los CFT representan una opción favorable al formar parte del diseño del fuselaje, pero su desarrollo resulta más complejo. Los tanques de caída, aunque técnicamente menos exigentes, requieren pilones que se pueden desechar, pero que de todos modos afectan el sigilo durante algunas fases de la misión. El F-35 ya transporta armamento externo en configuraciones sin sigilo, lo cual permite prever que los tanques externos resultarían funcionales para ciertos perfiles de operación.
El programa Bloque 4 ha experimentado retrasos y sobrecostos, agravados por complicaciones con la actualización Technology Refresh 3 (TR-3), un requisito previo para las mejoras del Bloque 4. Aunque Lockheed Martin declaró en mayo de 2025 que finalizó el trabajo en TR-3, los documentos presupuestarios muestran que el proceso de integración y certificación continúa, y que los trabajos se prolongarán hasta 2026. Esto podría demorar la incorporación de los tanques externos.
El presupuesto 2026 también contempla una reducción en la compra de nuevos F-35 para reasignar fondos al Bloque 4 y sostener las flotas existentes. La Fuerza Aérea sigue considerando alternativas para disminuir la dependencia de aviones cisterna no sigilosos, que son vulnerables en conflictos de alta intensidad. Proyectos como el Sistema de Reabastecimiento Aéreo de Próxima Generación (NGAS), que podría incluir cisternas sigilosas para 2040, complementan los intentos por ampliar el alcance del F-35.
En el contexto del Indo-Pacífico, donde las bases avanzadas pueden quedar expuestas, los tanques externos permitirían que el F-35 despegue desde ubicaciones más protegidas y permanezca más tiempo sobre el objetivo. Aunque el F-35 ya ofrece un radio de combate comparable con otros cazas no sigilosos, las condiciones de futuros enfrentamientos refuerzan la necesidad de estas modificaciones.