El ministro de Defensa de Turquía anunció gestiones para adquirir los F-35 previamente comprados, tras cambios en la postura estadounidense.
Detalles sobre Turquía y los F-35
Turquía busca reactivar la compra de los aviones F-35
Durante su intervención en el Comité de Planificación y Presupuesto de la Gran Asamblea Nacional, el ministro de Defensa de Turquía, Yaşar Güler, ofreció actualizaciones sobre la posible adquisición de los aviones de combate F-35 de Estados Unidos. El ministro destacó los esfuerzos renovados de Turquía para reactivar las negociaciones relacionadas con este programa.
En su declaración, Güler comentó: “Ya tenemos seis F-35 allí”, en alusión a los aviones comprados por Turquía que nunca se entregaron debido a la suspensión del acuerdo. El ministro añadió que, debido al desarrollo del avión turco KAAN, la postura de Estados Unidos parece estar cambiando. Según sus palabras, “hemos vuelto a presentar oficialmente nuestra oferta para comprar el F-35”.
Previamente, Turquía había acordado adquirir 100 aviones Lockheed Martin F-35A Lightning II, la versión convencional utilizada por la Fuerza Aérea de Estados Unidos. Además, diez empresas turcas participaron en el desarrollo y producción del avión, en un proyecto donde Turquía invirtió más de mil millones de dólares.
El primer F-35A destinado a Turquía realizó su vuelo inaugural el 10 de mayo de 2018 en las instalaciones de Lockheed Martin en Texas. Más tarde, en agosto de ese mismo año, un piloto turco voló el avión por primera vez.
El conflicto por los sistemas de defensa S-400 y sus consecuencias
La adquisición por parte de Turquía de los sistemas de defensa aérea rusos S-400 generó tensiones significativas con Estados Unidos. Los congresistas estadounidenses advirtieron que la integración de estos sistemas rusos podría comprometer información confidencial sobre los F-35, especialmente en lo relacionado con las capacidades de los aviones frente a los sistemas de defensa rusos.
Ante estas preocupaciones, Estados Unidos decidió excluir a Turquía del programa conjunto de los F-35 en julio de 2019, tras confirmarse la compra de los S-400. Como resultado, Turquía quedó fuera del acceso a los cazas avanzados y tuvo que buscar alternativas para fortalecer su flota aérea.
Entre las opciones consideradas, Turquía optó por adquirir más F-16, aviones que ya constituyen la mayor parte de su fuerza aérea. También mostró interés en otras aeronaves como el Eurofighter Typhoon, explorando diversas opciones para mitigar el impacto de la exclusión del programa F-35.
La relación entre Ankara y Washington continuó afectada por la adquisición del sistema ruso, lo que también llevó a la imposición de sanciones bajo la Ley CAATSA (por sus siglas en inglés).
Posibles señales de acercamiento entre Turquía y Estados Unidos
En enero de 2024, la vicesecretaria de Estado en funciones de Estados Unidos, Victoria Nuland, mencionó la posibilidad de que Turquía pueda reincorporarse al programa Joint Strike Fighter. Durante su visita a Ankara, abordó la importancia de resolver la guerra generado por los sistemas S-400 para avanzar en las relaciones bilaterales.
En su intervención, Nuland señaló: “Si se resuelve el problema del S-400, se levantarán las sanciones de la CAATSA y hablaremos sobre el regreso de Turquía al programa F-35”. Además, destacó: “Estados Unidos estará encantado de aceptar a Turquía de nuevo en la familia F-35 si logramos superar este problema”.
El anuncio se produjo poco después de que Turquía aprobara la adhesión de Suecia a la OTAN, gesto que algunos observadores consideran un intento de Ankara por mejorar las relaciones con sus aliados occidentales. Este movimiento podría facilitar un diálogo más constructivo entre ambos países en el futuro cercano.
Impacto de las sanciones y el camino hacia una resolución
Las sanciones impuestas bajo la Ley CAATSA han afectado no solo la adquisición de los F-35, sino también otros aspectos de la cooperación militar entre Turquía y Estados Unidos. Resolver la guerra del S-400 se ha convertido en un paso clave para desbloquear estas restricciones y reactivar proyectos conjuntos.
Por su parte, Turquía ha continuado desarrollando su propia industria de defensa, con proyectos como el avión KAAN, que representa un esfuerzo significativo para lograr cierta independencia tecnológica en el ámbito militar. Sin embargo, la reincorporación al programa F-35 sigue siendo un objetivo prioritario para Ankara.
Ambas naciones enfrentan el desafío de superar las tensiones políticas y técnicas derivadas de decisiones pasadas. Las declaraciones recientes sugieren que hay interés mutuo en resolver estas diferencias, aunque queda por ver cómo se materializarán estas intenciones en acciones concretas.