La cartera de Defensa de Ucrania reportó la intercepción y derribo de tres cazabombarderos Sukhoi Su-34 pertenecientes a la aviación militar rusa el jueves, marcando un hito sin precedentes en el contexto actual de confrontación aérea. Este evento eleva a 13 el total de aeronaves militares rusas perdidas en los últimos 11 días, desglosado en 10 Su-34, dos cazas Sukhoi Su-35 y un exclusivo avión de alerta temprana Beriev A-50.
Los Su-35, aviones de combate supersónicos de un solo asiento, representan lo más avanzado de la fuerza aérea rusa; sin embargo, los Su-34, con su configuración biplaza y también supersónica, juegan un rol crucial en las operaciones militares de Rusia. La considerable merma de la flota de Su-34, de manera tan acelerada, plantea un desafío significativo para el Kremlin.
Antes de este episodio, la fuerza aérea rusa había sufrido la pérdida de 25 Su-34. A estos se suman, presuntamente, otros 10 en apenas una semana y media, dejando al ejército ruso con aproximadamente un centenar de estos cazabombarderos bimotores, de los cuales solo tres cuartas partes estarían en condiciones de volar.
Este número reducido de Su-34 disponibles supone un problema notable, especialmente considerando que estos aviones, valorados en 50 millones de dólares cada uno y equivalentes a los Boeing F-15E estadounidenses, son piedra angular de las operaciones aéreas rusas en Ucrania.
Impacto de las pérdidas aéreas en las capacidades rusas
Previo a la intensificación del conflicto contra Ucrania en febrero de 2022, la flota de 140 Su-34 constituía la espina dorsal de la experiencia en ataques tácticos de la aviación rusa. Según Justin Bronk, analista del Royal United Services Institute de Londres, en un análisis del 2022, las tripulaciones de los Su-34 habían optimizado sus capacidades operativas con municiones guiadas de precisión (PGM) durante el conflicto en Siria desde 2015.
Aunque las flotas de Su-35 y Sukhoi Su-30 de la fuerza aérea rusa, cada una con cerca de cien aeronaves, tenían capacidad para emplear munición guiada de precisión aire-tierra, su uso no era la norma.
De acuerdo con otro análisis de Bronk en 2022, la mayoría de los pilotos de cazas rápidos rusos carecen de experiencia significativa en el manejo de estas municiones precisas, siendo la flota de Su-34 una notable excepción a esta regla.
El diseño específico del Su-34 facilita su dominio en el ámbito de los ataques de precisión mediante armas guiadas. Bronk explicó, en un estudio de 2023 para CNA en Virginia, que este avión está equipado con un sensor electro-óptico retractil con capacidad de designación láser denominado “Platan”, que subraya su función primordial en el ataque terrestre.
Retos y adaptaciones: El papel clave del Su-34 en Ucrania
Aunque el sensor “Platan” del Su-34 no lidera en prestaciones globales, especialmente en comparación con las tecnologías de punta de Estados Unidos y Europa, su disponibilidad lo distingue dentro del arsenal aéreo ruso, que mayoritariamente carece de tales capacidades avanzadas de puntería.
La insuficiencia de sensores avanzados de puntería y la falta de experiencia versátil en las flotas de cazas rusas consolidan al Su-34 como la única plataforma teóricamente capaz de realizar punterías dinámicas efectivas contra unidades ucranianas en movimiento en terrenos descubiertos. Este análisis proviene de un estudio del 2022 del Royal United Services Institute (RUSI), elaborado por Justin Bronk junto a Nick Reynolds y Jack Watling.
A pesar de que los Su-34 estaban equipados para utilizar munición de precisión, durante el primer año de la intensificación del conflicto contra Ucrania, predominó el uso de bombas convencionales no guiadas. Bronk atribuye esta tendencia a la escasez de munición guiada de precisión en el arsenal ruso.
Evolución del uso ruso de municiones de precisión
Con el avance de la guerra, Rusia comenzó a mitigar esta limitación, adaptando bombas convencionales KAB de 1.100 y 3.300 libras con kits de guiado por satélite y alas desplegables, transformándolas en bombas planeadoras de precisión básicas, pero efectivas. Los Su-34 emergieron como las plataformas predilectas para desplegar estas armas, actuando casi exclusivamente como bombarderos planeadores.
Alcanzando altitudes y velocidades elevadas, las tripulaciones de los Su-34 pueden liberar hasta cuatro KAB simultáneamente, apuntando a objetivos hasta 25 millas de distancia. Aunque las KAB no alcanzan la precisión de las bombas planeadoras estadounidenses JDAM, su tamaño compensa con creces, siendo capaces de aniquilar posiciones enemigas de manera efectiva.
Egor Sugar, miembro de la 3ª Brigada de Asalto del ejército ucraniano y veterano de la intensa batalla de cuatro meses en Avdiivka, describió el impacto devastador de estas bombas. Según Sugar, durante dos días específicos, hasta 250 proyectiles KAB impactaron en Avdiivka, haciendo insostenible la defensa de la ciudad y convirtiendo cada edificación en escombros tras el impacto.
La incorporación exitosa de munición de precisión en gran escala por parte de las fuerzas aéreas rusas, evidenciada dos años después del inicio del conflicto, subraya la importancia crítica de los Su-34 y su dotación de sensores y tripulaciones altamente capacitadas.
Su-34 en la mira: La estrategia ucraniana contra el avance ruso
La creciente importancia del Su-34 en las operaciones militares rusas ha hecho de este cazabombardero, reconocible por su distintiva nariz de pato, un blanco prioritario para las defensas aéreas de Ucrania. Aunque los detalles específicos sobre cómo Ucrania ha logrado derribar presumiblemente 10 Su-34 en un lapso de 11 días permanecen inciertos, las razones detrás de estos esfuerzos son claras.
Al mermar de manera acelerada la flota de Su-34, Ucrania disminuye la capacidad de bombardeo de precisión de Rusia y afecta seriamente la habilidad de la fuerza aérea rusa para ejecutar operaciones de combate eficaces y precisas. Este tipo de avión es el único que permite a Rusia realizar bombardeos inteligentes y ajustados.
La disminución en el número de Su-34 y la pérdida de sus experimentadas tripulaciones representan un desafío crítico para Rusia, que se ve presionada a reemplazar rápidamente tanto los aviones perdidos como a entrenar nuevas tripulaciones. Ante esta dificultad, la fuerza aérea rusa podría verse obligada a reasignar las misiones de bombardeo de precisión a otros modelos de aeronaves, siendo los Su-35 y Su-30 los sustitutos más probables.
Sin embargo, en comparación con el Su-34, estos aviones cuentan con capacidades sensoriales menos avanzadas para ataques aire-tierra. Además, sus tripulaciones no han dedicado una década al perfeccionamiento de tácticas de ataque en contextos como el conflicto en Siria, lo que pone en duda su eficacia para asumir el rol de los Su-34 en operaciones de precisión. La adaptación a estas nuevas demandas supone un reto significativo, evidenciando la importancia estratégica del Su-34 dentro del teatro de operaciones en Ucrania y la astucia de las tácticas defensivas ucranianas.