El 30 de julio, un tribunal de distrito de Odessa confirmó la incautación del petrolero Nika Spirit de Rusia, así como los documentos que se confiscaron cuando se registró el buque. El tribunal también aprobó las medidas adoptadas por los fiscales militares y los investigadores de la SBU que registraron el buque tanque en el puerto de Izmail, en la provincia de Odessa.
“Después de considerar la petición pertinente, el tribunal se ha apoderado de dicha embarcación junto con los documentos confiscados durante el registro. Ya lo hemos hecho. Punto”, escribió en Facebook el fiscal militar jefe de Ucrania, Anatoliy Matios.
Aunque se ha afirmado que la actividad de investigación llevada a cabo por las fuerzas de seguridad ucranianas a bordo del buque sin el consentimiento del cónsul ruso era ilegal, Matios dijo que esas afirmaciones eran inexactas.
Por el lado ucraniano, todo se hizo legalmente, enfatizó el fiscal ucraniano, citando los tratados internacionales ratificados por Rusia y Ucrania. Matios observó que, de acuerdo con estos acuerdos, Ucrania no necesita el consentimiento de las misiones diplomáticas de otros países para registrar los transportes marítimos o fluviales en Ucrania.
El incidente con el petrolero ruso tuvo lugar el 24 de julio, cuando el petrolero Nika Spirit entró en el puerto de Izmail con bandera rusa. Los investigadores se enteraron de que los propietarios del buque le habían cambiado el nombre de Neyma a Nika Spirit tras el incidente del Estrecho de Kerch en noviembre del año pasado. Neyma era el petrolero utilizado para bloquear el paso a los barcos militares ucranianos que intentaban entrar en el Mar de Azov. Posteriormente, Rusia se apoderó de los tres barcos ucranianos, describiendo las acciones de Kiev como una provocación preelectoral.
La tripulación del Nika Spirit no ha infringido ninguna ley marítima o ucraniana. Como resultado, todos los miembros de la tripulación fueron liberados y se les permitió regresar a Krasnodar, Rusia.
El 25 de noviembre de 2018, los guardias fronterizos rusos se apoderaron de tres buques ucranianos en las aguas neutrales del Mar Negro. Las tripulaciones de los dos barcos de artillería y de un remolcador (24 personas) fueron llevadas a Simferopol, Crimea, donde el tribunal controlado por Rusia detuvo a todos los ucranianos. Al día siguiente, los marineros fueron trasladados a Moscú, donde permanecen hasta el día de hoy.
El 25 de mayo de este año, el Tribunal Internacional del Derecho del Mar de las Naciones Unidas dictaminó que Rusia debe liberar a todos los marineros ucranianos y devolver los tres barcos. Rusia ha dicho que no cumplirá con las exigencias del tribunal.
El mismo día, un tribunal de Moscú rechazó las apelaciones de los prisioneros de guerra ucranianos y ordenó que permanecieran detenidos hasta finales de julio.