En el contexto de la prolongada invasión de Ucrania por parte de Rusia, se hace imperativo examinar el arsenal de bombarderos de la Fuerza Aérea Rusa. Primero, es crucial comprender la transformación de esta fuerza tras la disolución de la Unión Soviética en diciembre de 1991.
Con la fragmentación de la Unión Soviética, las quince repúblicas constituyentes heredaron porciones de la Fuerza Aérea Soviética. No obstante, Rusia retuvo la mayoría de las aeronaves avanzadas y aproximadamente el 65% del personal aviador.
Posteriormente, la Fuerza Aérea enfrentó significativas adversidades, destacando que cerca del 40% de sus bases aéreas requerían renovaciones de infraestructura. A pesar de las mejoras sucesivas, la corrupción ha plagado consistentemente la estructura de la fuerza.
Utilizando datos de FlightGlobal, se ha elaborado un inventario de los bombarderos operativos en la Fuerza Aérea Rusa, que incluye:
- 134 Sukhoi Su-34, un cazabombardero y avión de ataque de alcance medio.
- 58 Tupolev Tu-22M, un bombardero estratégico de largo alcance especializado en operaciones marítimas.
- 47 Tupolev Tu-95, un robusto bombardero estratégico propulsado por turbohélices y una plataforma de lanzamiento de misiles.
- 15 Tupolev Tu-160, un bombardero estratégico pesado con capacidades nucleares y plataforma para misiles aerotransportados.
El desarrollo del Sukhoi Su-34 Fullback y su importancia estratégica

Durante la mitad de los años ochenta, la compañía Sukhoi inició el desarrollo de un avión de combate multifunción destinado a reemplazar al Sukhoi Su-24 de ala variable. El elegido fue el Sukhoi Su-27, que serviría de base para el nuevo modelo de cazabombardero. No obstante, a finales de los ochenta, el proyecto se vio interrumpido por turbulencias políticas que anticiparon la desintegración de la Unión Soviética.
El proyecto fue reanudado en 1992 y un año más tarde, Sukhoi introdujo un prototipo notablemente distinto al diseño original. Rebautizado como Sukhoi Su-34, el primer modelo de producción efectuó su vuelo inaugural el 28 de diciembre de 1994. Las limitaciones financieras ocasionaron retrasos continuos en la producción, y no fue, sino hasta finales de 1996 que un tercer Su-34 despegó por primera vez.
Este bombardero, al entrar en servicio en el ejército ruso, destacó por una cabina blindada y asientos laterales para dos pilotos, configuración poco común que refuerza su eficacia en misiones tácticas contra objetivos terrestres y navales.
Desarrollo del Tupolev Tu-22M y su papel en conflictos modernos

En los inicios de la década de 1960, la Unión Soviética desplegó el Tupolev Tu-22 original, marcando su entrada en la era de los bombarderos supersónicos. A pesar de su avanzada tecnología, el modelo presentaba serias dificultades en manejo y mantenimiento frecuente. Para superar estas limitaciones, el diseño de Tupolev evolucionó hacia el Tu-22M, una versión avanzada con ala de geometría variable y motores más robustos.
El primer vuelo del Tupolev Tu-22M se realizó el 30 de agosto de 1969, y fue incorporado oficialmente en la Fuerza Aérea Soviética en 1972. Su bautismo de fuego ocurrió durante la intervención soviética en Afganistán, empleándose en operaciones contra posiciones de los muyahidines. Desde ese momento, el Tu-22M ha sido una constante en los teatros de operaciones rusos, destacando su participación en el asedio a la planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol.
Revelaciones del Tupolev Tu-95 y su estratégico valor nuclear

Con el ocaso de la Segunda Guerra Mundial, la URSS aspiraba a igualar la capacidad de bombardeo estratégico de la Fuerza Aérea del Ejército de los EE. UU. Aunque solicitaron en dos ocasiones el Boeing B-29 Superfortress a los estadounidenses, sus peticiones fueron rechazadas. Sin embargo, la fortuna intervino cuando varios B-29 aterrizaron de emergencia en suelo soviético. En lugar de devolverlos, fueron enviados a Tupolev para ser meticulosamente replicados, dando origen al Tupolev Tu-4.
Durante el inicio de la Guerra Fría, la necesidad de un bombardero capaz de portar armamento nuclear sobre territorio estadounidense llevó a Tupolev a enfrentarse a un reto significativo. Los motores de pistón del Tu-4 necesitaban más potencia, pero los nuevos motores a reacción consumían excesivo combustible. La solución llegó con el desarrollo de cuatro motores turbohélice, cada uno equipado con dos hélices contrarrotativas de cuatro palas.
El prototipo del Tu-95 realizó su vuelo inaugural el 12 de noviembre de 1952, y fue integrado en la Fuerza Aérea Soviética en 1956. A través de continuas actualizaciones, se espera que el Tu-95 mantenga su estatus como el bombardero de largo alcance preeminente de Rusia hasta 2040.
El Tupolev Tu-160: Un gigante entre los bombarderos estratégicos

El Tupolev Tu-160, conocido en la OTAN como “Blackjack”, representa la respuesta de Rusia al Rockwell B-1 Lancer estadounidense. Este bombardero estratégico pesado, supersónico y con ala de geometría variable, es también una plataforma de misiles de largo alcance capaz de portar armamento nuclear. La carrera por desarrollar un bombardero supersónico se intensificó en 1972, cuando la Unión Soviética lanzó un concurso para contrarrestar el proyecto B-1 de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
La propuesta de la Oficina de Diseño de Tupolev, que incorporaba tecnologías del avión de pasajeros supersónico Tu-144, fue una de las seleccionadas, compitiendo con los proyectos de la Oficina de Diseño Experimental V. M. Myasishchev y la Compañía Sukhoi JSC. El desarrollo alcanzó un hito visible en noviembre de 1981, cuando se fotografió el prototipo en el Aeropuerto Internacional Zhukovsky, cerca de Moscú. Un mes después, el 18 de diciembre, el Tupolev Tu-160 realizaba su vuelo inaugural.
La producción en serie comenzó en 1984 en la planta de la Asociación de Producción de Aviones de Kazán, en Tatarstán. El servicio operativo del Tu-160 comenzó en abril de 1987 con el 184º Regimiento de Bombarderos Pesados de la Guardia en Pryluky, Ucrania. Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, diecinueve Tupolev Tu-160 quedaron basados en la ahora independiente Ucrania, enfrentando dificultades de mantenimiento por falta de piezas de repuesto.
Ucrania consideró estos aviones como activos valiosos en negociaciones con Rusia. En 1992, bajo el mandato de Boris Yeltsin, se detuvo la producción del Tu-160, habiéndose completado solo 35 unidades. Sin embargo, en 1998, antes de que Ucrania pudiera desguazar sus Tu-160, Rusia negoció la compra de ocho de estos bombarderos junto con tres Tu-95MS.
El cambio de milenio trajo nuevos vientos políticos con Vladimir Putin, quien en 2007 decidió reanudar los vuelos de los bombarderos estratégicos rusos y lanzó un programa de modernización para estos gigantes del aire. Hasta la fecha, el Tupolev Tu-160 sigue siendo el avión Mach 2 más pesado y el bombardero de ala variable más grande jamás construido, manteniendo su relevancia estratégica en el arsenal ruso.