Mientras Estados Unidos está entusiasmado con el bombardero B-21 que presentó al público a principios de diciembre, China tiene planes para un bombardero furtivo rival. El H-20, visto como una réplica del B-2, tiene capacidad nuclear y podría atacar objetivos en Estados Unidos. El avión será una pieza clave de la tríada nuclear china en las próximas décadas y puede situar a China a la vanguardia de las fuerzas aéreas mundiales.
El Xian H-20 también podría intimidar a los vecinos de China alcanzando Japón, Guam y Filipinas, por no mencionar un ataque sorpresa contra Taiwán. Tiene un alcance envidiable de unas 5.281 millas, y con reabastecimiento aéreo podría llegar hasta Hawai, e incluso hasta la costa oeste de Estados Unidos. El H-20 también podría tener una carga de armamento de 45 toneladas.
Un bombardero de carga pesada y penetración profunda ayudaría a China a alterar el equilibrio nuclear con Estados Unidos. Actualmente no existe ningún acuerdo de control de armamento con Estados Unidos, y Pekín siempre busca una ventaja nuclear cualitativa sobre Washington.
Historia del programa chino de bombarderos furtivos
China lleva queriendo un avión de ataque furtivo desde al menos 1999, cuando adquirió piezas de un F-117 Nighthawk estrellado que fue derribado sobre los Balcanes. China es conocida por robar y copiar diseños de aviones furtivos estadounidenses. En 2005, un ingeniero de diseño de Northrop Grumman fue sorprendido vendiendo secretos a China sobre el sistema de motores del B-2 Spirit. El espía, Noshir Gowadi, fue condenado a 32 años de cárcel por su delito.
En julio de 2014, los medios de comunicación estatales chinos publicaron un informe según el cual la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación estaba trabajando en un bombardero furtivo de largo alcance que podría penetrar las defensas aéreas enemigas. En 2016, un general de la PLAAF anunció oficialmente que China estaba trabajando en el avión de guerra. En 2018 surgieron otros detalles que indicaban que el H-20 tendría un diseño de ala volante similar al B-2 estadounidense. Ese año, la Corporación de la Industria de la Aviación de China publicó un vídeo de un avión bajo una tela desplegable que se creía que era el H-20. Podría tratarse de una maqueta, pero demostraba que los planes chinos estaban avanzando.
El H-20 sustituiría al grupo de bombarderos H-6 de Xian, que se están quedando obsoletos. El H-20 tendrá probablemente una tripulación de dos personas, lo que permitirá a un aviador descansar mientras el otro vuela las largas distancias necesarias para llegar a Norteamérica.
Nueva herramienta nuclear
Los oficiales de la PLAAF han afirmado que China debe mejorar sus capacidades aéreas ofensivas y defensivas que incluyan una disuasión nuclear.
El H-20 sería un factor importante para alcanzar la paridad nuclear con Estados Unidos y permitiría una capacidad de segundo ataque en un escenario de crisis.
El H-20 es otro ejemplo de cómo China imita a Estados Unidos en el desarrollo de aviones. Demuestra que la PLAAF se toma en serio la idea de convertirse en una rama totalmente modernizada que pueda dominar a sus vecinos y desafiar a las Fuerzas Aéreas estadounidenses.
Es probable que China esté alarmada por el B-21 estadounidense y quiera responder a la fanfarria y el entusiasmo que ha despertado el avión de ataque profundo de nueva generación. Aunque muchos analistas de defensa se han centrado en las fuerzas convencionales chinas, el H-20 ofrece a China otra opción para un posible conflicto nuclear. China está dispuesta a eclipsar a las Fuerzas Aéreas estadounidenses con una retórica más confiada sobre su desarrollo de armas nucleares.
Un bombardero furtivo de largo alcance que podría alcanzar el espacio aéreo estadounidense es otro ejemplo de los esfuerzos de China por alcanzar la paridad nuclear con Estados Unidos.