Los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU manifestaron de manera unánime su “grave preocupación” tras la aprobación de la legislación por parte de la Knéset que prohíbe a la UNRWA operar en Israel y limita drásticamente sus actividades en Gaza y Judea y Samaria.
Aunque la declaración conjunta firmada por los 15 miembros, incluido Estados Unidos, no es legalmente vinculante, evidencia la creciente presión internacional sobre Israel por su decisión de limitar las actividades de la UNRWA. Israel ha argumentado que algunos de los empleados de la agencia están vinculados con Hamás, señalando que unos 1.000 de sus trabajadores tienen conexiones con el grupo, además de la participación de algunos en la ofensiva de Hamás del 7 de octubre.
El Consejo de Seguridad subrayó el papel crucial que desempeña la UNRWA al proporcionar asistencia a los palestinos, especialmente en Gaza, donde la describen como “la columna vertebral de toda respuesta humanitaria”. También destacaron que ninguna otra organización puede reemplazar la labor de la UNRWA en medio de la guerra.
Los miembros del Consejo reconocieron las investigaciones sobre la mala conducta en la UNRWA, y aunque no se especificaron, acogieron favorablemente las reformas que la agencia ha implementado hasta la fecha, instándola a continuar adoptando esas medidas.