TEL AVIV, Israel (AP) – Tras la sorpresiva renuncia del primer ministro libanés, Israel está planeando una ofensiva diplomática para aumentar la presión sobre Irán y su proxy libanés Hezbolá en las Naciones Unidas, dijo el jueves un importante ministro del gobierno israelí.
El ministro de Inteligencia, Yisrael Katz, dijo a The Associated Press que cree que las condiciones están maduras para tomar una posición en contra de las acciones iraníes en la región, incluido su apoyo al grupo terrorista chiita libanés.
En particular, dijo que Israel quiere que el mundo, después de años de inacción, aplique estrictamente el acuerdo de alto al fuego de 2006 que instaba a Hezbolá a desarmarse y mantenerse alejado de la frontera de Israel.
“La renuncia del Primer Ministro del Líbano (Saad) Hariri expone la cara real de Hezbolá”, dijo Katz, quien también es ministro de Transporte. “Irán se está apoderando de Líbano. Hezbolá se está apoderando de Líbano”.
Israel siempre ha considerado que Irán es su mayor enemigo, citando la retórica hostil de la República Islámica, el dudoso programa nuclear, el desarrollo de misiles de largo alcance y el apoyo a grupos terroristas antiisraelíes.
Israel ha estado observando de cerca la participación de Irán en la guerra en la vecina Siria y está profundamente preocupado de que Irán, junto con Hezbolá, mantendrá una presencia permanente en la Siria de la posguerra. Le preocupa que Irán pueda usar el territorio sirio para organizar ataques contra Israel o crear un corredor terrestre desde Irán hasta Líbano que le permita transferir armas más fácilmente a Hezbolá.
Hezbolá e Israel lucharon hasta un punto muerto en una guerra de un mes en 2006 que terminó en un alto al fuego mediado por la ONU.
El acuerdo, la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, pidió el desarme de los grupos militantes en el Líbano y el fin de las transferencias de armas a ellos. Las únicas fuerzas armadas permitidas en el sur del Líbano serían el ejército nacional libanés y las fuerzas de paz de la ONU.
Sin embargo, el cese del fuego se ha aplicado de manera deficiente, e Israel cree que Hezbolá ha amasado un arsenal de unos 150,000 cohetes y misiles dirigidos a Israel, gran parte de ellos almacenados cerca de la frontera.
“No necesitamos una nueva resolución. Solo necesitamos implementar una existente”, dijo Katz, quien se dirigirá a Estados Unidos a fines de este mes para presionar el caso de Israel.
“Creo que la renuncia de Hariri le permite a Israel liderar un proceso con las Naciones Unidas, con el Consejo de Seguridad, Estados Unidos, Francia y otros países y exigir que se implemente de la Resolución 1701”, dijo.
Al anunciar su renuncia el sábado pasado en un discurso pregrabado de Arabia Saudita, Hariri acusó a Irán de inmiscuirse en los asuntos árabes y a Hezbolá de retener a Líbano como rehén. Hezbolá tiene miembros en el gobierno de unidad libanés que Hariri formó el año pasado.
La sorpresiva renuncia de Hariri ha sumido al Líbano en la confusión, y muchas personas acusan a Arabia Saudita de llevar a cabo una jugada de poder destinada a destruir el acuerdo de unidad con Hezbolá. El jueves, el partido de Hariri en el Líbano exigió que regrese de Arabia Saudita, insinuando que estaba retenido contra su voluntad.
Katz habló antes de las acusaciones del jueves contra Arabia Saudita, pero descartó la posibilidad de que el reino estuviera detrás de su renuncia. “No creo que lo forzaran a renunciar. La amenaza contra él en Líbano es concreta”, dijo Katz.
Israel siempre ha buscado una mejor aplicación del alto al fuego de la ONU. Pero Katz dijo que las circunstancias cambiantes hacen que el momento sea propicio para la acción diplomática.
Citó el fuerte apoyo de Israel a la nueva administración estadounidense, la competencia internacional por la influencia mientras la guerra siria avanza hacia un final y lo que llamó los “intereses compartidos” de Israel con Arabia Saudita y otros países árabes suníes que también se sienten amenazados por Irán.
En una señal de progreso para Israel, el Consejo de Seguridad bajo la presión estadounidense renovó la fuerza de paz de la ONU en Líbano en septiembre con nuevas órdenes para más patrullas e informes detallados sobre enfrentamientos con Hezbolá.
Israel se ha mantenido al margen durante toda la guerra siria de seis años. Pero las autoridades reconocieron haber realizado docenas de ataques aéreos dentro de Siria contra presuntos envíos de armas con destino a Hezbolá.
Israel ha estado presionando tanto a Estados Unidos como a Rusia, el aliado más fuerte de Siria, para garantizar que Irán y sus aliados se mantendrán lejos de sus fronteras en la Siria de la posguerra y que no lleguen a Hezbolá armas sofisticadas.
Katz dijo que Israel prefiere acuerdos diplomáticos, pero que está listo para usar acciones militares si es necesario.
“Israel dejó en claro cuáles son sus líneas rojas y mantendremos esas líneas rojas”, dijo.