Israel se unió a 50 países, incluido Estados Unidos, para condenar el encarcelamiento forzoso de más de un millón de uigures por parte de China, según una declaración que el embajador de Canadá, Bob Rae, leyó el lunes en la Tercera Comisión de las Naciones Unidas.
Otros 66 países, entre ellos la Autoridad Palestina e Irán, emitieron una contramanifestación en apoyo de China, que fue presentada por Cuba.
Preocupación por los derechos humanos en China
Rae dijo que los 50 firmantes de su declaración “estaban gravemente preocupados por la situación de los derechos humanos en la República Popular China, especialmente por las continuas violaciones de los derechos humanos de los uigures y otras minorías predominantemente musulmanas en Xinjiang”.
Los 50 países pidieron a China que tomara “medidas rápidas para liberar a todas las personas privadas arbitrariamente de su libertad en Xinjiang, y que aclarara urgentemente la suerte y el paradero de los familiares desaparecidos y facilitara el contacto y la reunión en condiciones de seguridad”.
Informe sobre pruebas de crímenes contra la humanidad
Hizo referencia a un informe de agosto de la ex Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michele Bachelet, que concluía que la detención discriminatoria de los uigures por parte de China “puede constituir crímenes internacionales, en particular crímenes contra la humanidad”.
El informe de Bachelet, dijo, “se basa ampliamente en los propios registros de China, y supone una importante contribución a las pruebas existentes de violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos en China”.
“Esto incluye pruebas de detenciones arbitrarias a gran escala y el uso sistemático de vigilancia invasiva por motivos de religión y etnia; restricciones graves e indebidas a las prácticas culturales y religiosas legítimas, a la identidad y a la expresión”, dijo Rae.
También incluye “informes sobre la destrucción de mezquitas, santuarios y cementerios; tortura, malos tratos y violencia sexual y de género, incluidos el aborto forzado y la esterilización; desapariciones forzadas y separaciones familiares, y trabajos forzados”. Estas graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos no pueden justificarse con el argumento de la lucha contra el terrorismo…”.
“Nos preocupa que China se haya negado hasta ahora a discutir sus conclusiones. En este contexto, instamos al gobierno de China a que respete sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos y a que aplique plenamente las recomendaciones de la evaluación de la OACDH”, dijo Rae.
El informe de Bachelet se hizo público el último día de su mandato. En octubre, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, compuesto por 47 miembros y con sede en Ginebra, votó por 17 a 19, con 11 abstenciones, para no debatir dicho informe durante su 54ª sesión.
“Campaña de desprestigio contra China”
El lunes, en la Tercera Comisión, un enviado chino acusó a Estados Unidos y Canadá de llevar a cabo una campaña de desprestigio contra ella con su declaración de condena de 50 países.
“Una minoría de países como Canadá y EE.UU., en su intolerancia intratable y como una pequeña camarilla, instigaron la confrontación política mediante una campaña de desprestigio contra China”, dijo el enviado.
Hizo referencia a la declaración de Cuba en su apoyo. “Lo que está bien y lo que está mal está muy claro. También lo está el sentimiento de la comunidad internacional. No importa cómo EE.UU. y un puñado de otros países occidentales presenten su declaración antichina, no pueden ocultar sus maliciosas intenciones políticas, que están condenadas al fracaso”, explicó.
“El verdadero objetivo es desestabilizar a China y mantener su hegemonía explotando los problemas de derechos humanos”, afirmó.
Después de enfrentarse a la derrota en Ginebra, estos países “siendo los perdedores de la tienda que son, ahora han canalizado sus llamas de beligerancia a este comité”, dijo el enviado chino.