El director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, ha denunciado una campaña por parte de Israel con el fin de desmantelar la organización.
En una entrevista reciente con el grupo periodístico suizo Tamedia, Lazzarini señaló que las acciones del gobierno israelí incluyen presiones para su renuncia y constituyen una estrategia deliberada. “En estos momentos nos enfrentamos a una campaña ampliada y concertada por parte de Israel con el objetivo de destruir la UNRWA”, indicó.
Según el director, esta campaña tiene un trasfondo político que busca eliminar la agencia de ayuda para, supuestamente, resolver la situación de los refugiados palestinos y su derecho al retorno. “Se trata de un objetivo político a largo plazo, porque se cree que si se suprime la agencia de ayuda, se resolverá de una vez por todas la situación de los refugiados palestinos y, con ella, el derecho al retorno. Hay un objetivo político mucho más amplio detrás de esto”, explicó Lazzarini.
Entre las medidas adoptadas por Israel contra la UNRWA, el principal organismo de ayuda en la Franja de Gaza, se incluyen acciones legislativas en el parlamento israelí, intentos de eliminar la exención del IVA de la agencia y directivas para que los contratistas en el puerto israelí de Ashdod cesen el manejo de ciertas entregas de alimentos destinadas a la UNRWA.
“No hay más que ver la cantidad de medidas que Israel está tomando contra la UNRWA”, afirmó Lazzarini, destacando que estas exigencias proceden directamente del gobierno. Lazzarini ha informado de que más de 150 instalaciones de la agencia han sido blanco de ataques desde el inicio de la guerra en Gaza.
Israel ha solicitado la renuncia de Lazzarini, alegando la participación de empleados de la UNRWA en la masacre y su asociación con organizaciones terroristas. Al menos 12 empleados participaron en las masacres y toma de rehenes del 7 de octubre, y otros 30 prestaron asistencia, con miles más afiliados a grupos terroristas.
Además, las fuerzas israelíes descubrieron un túnel de Hamás bajo la sede de la UNRWA en la ciudad de Gaza, que contenía un importante centro de servidores y tomaba electricidad de la instalación de la UNRWA. Lazzarini señaló que el túnel estaba a 20 metros bajo tierra y argumentó que, como organización humanitaria, la UNRWA no tiene capacidad para inspeccionar lo que se encuentra bajo la superficie de Gaza.
A pesar de las peticiones de dimisión, Lazzarini rechaza la idea de renunciar, argumentando que no hay “ninguna razón” para ceder a la demanda de un solo Estado miembro de la ONU y que su salida no beneficiaría a la situación de la UNRWA. “Las críticas no tienen que ver conmigo personalmente, sino con la organización en su conjunto. Las peticiones de dimisión forman parte de la campaña para destruir la UNRWA”, sostiene Lazzarini.
Israel critica a la UNRWA por perpetuar el antisemitismo y glorificar el terrorismo en sus instituciones educativas. Las recientes acusaciones han motivado a varios países donantes a congelar su financiación a la agencia, poniendo en riesgo su capacidad para operar en Gaza y otras regiones de Oriente Medio.