Los expertos en derechos humanos de la ONU emitieron duras críticas este lunes, centrando su atención en los países occidentales, por continuar respaldando a Israel a pesar de lo que consideraron un genocidio en Gaza, lo que podría llevar a que Israel sea vista como una nación “paria”.
Estos expertos, nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pero sin hablar en nombre del organismo, condenaron los “dobles raseros” en la guerra y exigieron que Israel enfrente las consecuencias de sus actos.
Los relatores forman parte de un grupo independiente designado por las Naciones Unidas para investigar y asesorar sobre crisis específicas. Aunque sus opiniones no representan al conjunto de la ONU, sí generan amplio debate.
Francesca Albanese, relatora especial de la ONU para los derechos humanos en los territorios palestinos, afirmó en una rueda de prensa en Ginebra que resulta “sorprendente” cómo muchos Estados miembros permanecen pasivos o incluso apoyan las acciones de Israel en los Territorios Palestinos Ocupados (TPO), repitiendo acusaciones de genocidio. La abogada italiana señaló principalmente a naciones occidentales, del Golfo y otras regiones.
Por su parte, Israel rechaza categóricamente estas afirmaciones, subrayando que actúa conforme al derecho internacional para evitar bajas civiles, y afirma que al menos un tercio de las muertes en Gaza corresponde a combatientes de Hamás. Israel también acusa a Hamás de usar a la población civil como escudos humanos, llevando a cabo sus operaciones desde áreas densamente pobladas, como viviendas, hospitales, escuelas, mezquitas e instalaciones de la ONU.
Los expertos de la ONU también expresaron su preocupación por el aumento de la violencia y las violaciones de derechos humanos en Gaza y Judea y Samaria, así como por el desprecio de Israel hacia los fallos de los tribunales internacionales y sus ataques verbales contra la ONU. Albanese advirtió que, de continuar estas acciones, Israel corre el riesgo de convertirse en un “Estado paria”, tanto por sus ataques contra la ONU como por el trato a los palestinos.
Albanese, quien ha acusado previamente a Israel de cometer genocidio en Gaza, ha enfrentado críticas severas, incluyendo pedidos de su destitución por parte de Israel. En su intervención, cuestionó si Israel merece seguir siendo miembro de las Naciones Unidas, al no respetar los principios de la organización.
En respuesta, la misión permanente de Israel en la ONU calificó las declaraciones de Albanese como antisemitas y la acusó de tener una agenda política, afirmando que “no está capacitada para ocupar ningún cargo en las Naciones Unidas”. También subrayaron que Albanese usa su mandato para propagar “odio, antisemitismo y desinformación”, defendiendo a Hamás y perjudicando la imagen de la ONU.
Las intervenciones previas de Albanese sobre la guerra contra el grupo terrorista Hamás han generado polémica. En julio, fue duramente criticada por apoyar una publicación en redes sociales que comparaba al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu con Adolf Hitler, lo que llevó a condenas tanto de Israel como de Estados Unidos.
Otros tres expertos de la ONU también participaron en la rueda de prensa, denunciando la hipocresía de algunos países occidentales que, según ellos, critican con mayor énfasis las acciones de Rusia en Ucrania que las de Israel en Gaza. George Katrougalos, relator especial de la ONU, afirmó que Israel debe regirse por los mismos estándares internacionales que cualquier otro país, y condenó sus ataques constantes contra agencias de la ONU.
la guerra ha generado reacciones mixtas entre los aliados occidentales de Israel. Aunque respaldan su derecho a la defensa, varios han expresado inquietud por la situación humanitaria en Gaza.
Estados Unidos, por ejemplo, suspendió temporalmente un envío de bombas por su potencial impacto en áreas densamente pobladas, y recientemente, Gran Bretaña detuvo varias licencias de exportación de armas hacia Israel, citando preocupaciones sobre posibles violaciones al derecho internacional.
la guerra estalló el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lideró un ataque masivo desde Gaza hacia Israel, causando la muerte de 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomando como rehenes a 251 personas. Israel respondió con una ofensiva militar para erradicar a Hamás y liberar a los rehenes, de los cuales 97 permanecen cautivos.
El Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, asegura que más de 41.000 personas han muerto o están desaparecidas en la Franja desde el inicio de los combates. Sin embargo, estas cifras no han podido verificarse y no especifican cuántos eran civiles o combatientes. Por su parte, Israel afirma haber matado a 17.000 combatientes de Hamás en la contienda.