En un reciente incidente ocurrido el 30 de marzo en la localidad de Rmeish, al sur del Líbano, un grupo de soldados de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas resultó herido debido a una explosión.
Autoridades libanesas inicialmente señalaron a Israel como responsable del ataque. Sin embargo, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) rechazaron dichas acusaciones, afirmando que la explosión fue causada por una bomba plantada en la carretera por el grupo Hezbolá.
Este incidente fue cubierto por los medios y fuentes de seguridad relacionadas con Hezbolá, quienes alegaron que las IDF habían efectuado un ataque con drones contra un vehículo que transportaba a cuatro trabajadores de la ONU. Contrario a estas afirmaciones, el teniente coronel Avichay Adraee, portavoz de las IDF en árabe, aclaró que, según la información más reciente disponible, los miembros de las fuerzas de paz fueron lastimados por “un artefacto explosivo que había sido colocado por Hezbolá en la zona”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Vigilancia de la Tregua (UNTSO, por sus siglas en inglés) confirmó que los cuatro observadores heridos se encontraban realizando una patrulla a pie en el momento del suceso, desmintiendo informes previos que sugerían que viajaban en un vehículo. La UNTSO indicó que los soldados sufrieron heridas tras la detonación de un “proyectil” cercano a su ubicación.