Israel es legalmente responsable de proporcionar servicios de salud para garantizar la seguridad de los palestinos en los territorios ocupados durante la lucha contra el coronavirus, ha anunciado un alto funcionario de las Naciones Unidas.
“El deber legal, anclado en el artículo 56 de la Cuarta Convención de Ginebra, exige que Israel, la potencia ocupante, garantice que se utilicen todos los medios preventivos necesarios de que dispone para ‘combatir la propagación de enfermedades contagiosas y epidemias’”, según el relator especial de la ONU para la situación de los derechos humanos en el territorio palestino, Michael Lynk.
Lynk añadió: “En el centro de los esfuerzos para contener y hacer retroceder esta pandemia por parte de Israel, la Autoridad Palestina y Hamás deben aplicar un enfoque centrado en los derechos humanos”.
Continuó: “El derecho a la dignidad requiere que todas las personas bajo su autoridad disfruten de igualdad de acceso a los servicios de salud y de igualdad de trato”.
“Toda restricción de los derechos humanos -como el acceso a los servicios de salud o la libertad de circulación- debe estar estrictamente justificada, ser proporcionada y solo debe limitarse durante un período de tiempo no superior al necesario y de manera no discriminatoria”, subrayó Lynk.
El relator especial ha señalado anteriormente que Israel “incumple profundamente” sus obligaciones internacionales en lo que respecta al derecho a la atención sanitaria de “los palestinos que viven bajo la ocupación”.
En cuanto a sus preocupaciones sobre Gaza, expresó: “Me preocupa especialmente el posible impacto de COVID-19 en Gaza. Su sistema de atención médica se estaba derrumbando incluso antes de la pandemia. Sus reservas de medicamentos esenciales son crónicamente bajas”.
“Sus fuentes naturales de agua potable están en gran parte contaminadas. Su sistema eléctrico proporciona energía esporádica. La profunda pobreza en medio de las terribles condiciones socioeconómicas prevalece en toda la Franja”.
“La población de Gaza es también una población físicamente más vulnerable, con un aumento de la malnutrición, enfermedades no transmisibles mal controladas, condiciones de vida y de vivienda densas, una población de ancianos sin acceso a una atención de enfermería adecuada y altas tasas de fumadores”.