El miércoles, el presidente iraquí Barham Salih anunció a la Asamblea General de la ONU en 2020 que su país está luchando por recuperarse de la pandemia del coronavirus, que golpeó a Irak después de años de difíciles y costosas luchas con el extremismo, el terrorismo y la corrupción, en un momento en que la caída de los precios del petróleo estaba recortando los ingresos de la nación.
Al igual que muchos otros oradores de la Asamblea General, Salih habló de la pandemia del coronavirus como una amenaza mundial que ponía de relieve la necesidad de la cooperación internacional, el intercambio de información y la asistencia de los países desarrollados a los necesitados. Pidió que se planificara con antelación para garantizar “la equidad en la distribución de una vacuna, cuando ésta esté disponible”, en lugar de permitir que su distribución se convierta en “un acto puramente comercial y mercantil”.
“Tenemos recursos limitados en términos de atención médica, y nuestra infraestructura de atención médica es débil, por lo que nuestra lucha se hace aún más compleja”, afirmó sobre el tratamiento del coronavirus en Irak.
Salih señaló que la pandemia llegó a Irak mientras aún se recuperaba de la difícil batalla contra el Estado Islámico, derrotado gracias a la cooperación entre varias fuerzas iraquíes y “la coalición internacional y el apoyo de nuestros vecinos”. Advirtió que la amenaza del terrorismo transnacional todavía acechaba en las células durmientes dispersas por todo Irak, incluyendo sus remotas regiones desérticas.
Reconociendo que la corrupción es un grave problema para el gobierno de su país, Salih trató de revertir el análisis financiero convencional argumentando que en lugar de esperar a que el gobierno iraquí se limpie antes de hacer inversiones y prestar asistencia financiera, la comunidad internacional debería verter fondos en Irak ahora, permitiendo que su administración “seque las fuentes de financiación de las organizaciones sin ley y el extremismo” e intente recuperar el “capital saqueado”.
“El pueblo iraquí está profundamente amargado por el impacto de la corrupción. Están enojados por el flagelo”, añadió.
Salih pidió a las Naciones Unidas que se ocupen del “crimen de genocidio” y de la “masacre del pueblo yazidi en Irak” por parte del ISIS. Pidió a la comunidad internacional “estar hombro con hombro con Irak para asegurar que esos crímenes no se vuelvan a cometer nunca más”.
Salih citó la caída de los precios mundiales del petróleo como un factor importante en la peligrosa situación económica de Irak, que a su vez fue un factor que contribuyó al malestar popular. Aseguró a las Naciones Unidas que su gobierno ha escuchado las demandas de los ciudadanos que protestan y está tratando de aplicar las reformas que piden. También prometió que el año próximo se celebrarían elecciones libres y justas según lo previsto, en cooperación con los funcionarios electorales de la ONU.
“Las medidas que ya están en marcha demuestran que el cambio pacífico es totalmente posible dentro de un marco constitucional”, agregó. “La violencia no es necesaria. De hecho, ese cambio pacífico es el que los iraquíes desean ver”.
Salih mencionó la división sunita-shiita en Irak con cierta delicadeza, resaltando que el principal clérigo chiíta de Irak, el Gran Ayatolá Ali al-Sistani, está de acuerdo con él sobre la necesidad de una reforma sistémica para hacer frente a la corrupción. No criticó directamente a las fuerzas de la milicia chiíta apoyada por Irán en Irak, pero enumeró a los “anarquistas” como uno de los adversarios a los que se enfrenta su gobierno y resaltó que no quiere que Irak se convierta en “un patio de recreo para otras fuerzas que se matarán en nuestro territorio”.
“Hemos sido testigos de suficientes guerras, y suficientes ataques a nuestra soberanía”, indicó. “Un Irak independiente, un Irak soberano, es un país en el que se pueden proteger todos los intereses de todos los ciudadanos. Es un Estado que podrá proteger la región, garantizar la cooperación económica entre todos los miembros, y luchar contra el terrorismo y el extremismo”.