El 17 de noviembre, Kiev fue blanco de un masivo ataque con misiles rusos, que incluyó un ataque combinado con drones kamikaze y misiles de crucero hipersónicos. Varios informes de cuentas en Telegram, tanto ucranianas como rusas, confirmaron que el asalto estaba en curso.
En las imágenes difundidas, se podía ver a los residentes buscando refugio en las estaciones de metro, una clara señal de la creciente amenaza. Entre las principales armas utilizadas se encontraban los misiles hipersónicos Kh-47M2 Kinzhal, conocidos por su velocidad y la dificultad para ser interceptados.
Se indicó que los sistemas de misiles Patriot SAM, suministrados por Estados Unidos y Alemania, lograron interceptar varios misiles balísticos Kh-47M2 Kinzhal lanzados por el aire sobre Kiev. Este reporte fue confirmado en los últimos minutos. Además, escombros cayeron en el distrito de Dnipro, según fuentes de OSINTtechnical en X (anteriormente Twitter). No obstante, los ataques no se limitaron solo a Kiev, ya que se extendieron a varias partes de Ucrania.
A raíz de los ataques, Odesa experimentó cortes generalizados de electricidad y agua, implementándose también cortes de emergencia en el suministro eléctrico. Las regiones de Poltava y Chernihiv siguieron medidas similares.
En Volyn, la infraestructura energética fue severamente afectada, aunque no se reportaron víctimas en los primeros informes. Estas actualizaciones fueron proporcionadas por RBC-Ucrania, que sigue informando en tiempo real sobre los sucesos.
El Ministerio de Energía de Ucrania anunció cortes urgentes de electricidad a nivel nacional debido a los continuos ataques con misiles. De acuerdo con la información, aproximadamente 10 misiles aún permanecían en el aire, la mayoría dirigidos al oeste de Ucrania.
En Odesa, el sistema de transporte eléctrico se detuvo por completo, mientras que las autoridades locales confirmaron la persistencia de problemas con el suministro eléctrico. También se reportó que un misil impactó en la región de los Cárpatos, cerca de Yaremche y Bukovel, aumentando la incertidumbre en la zona.
Por otro lado, los misiles balísticos fueron dirigidos a ciudades como Poltava, Kremenchuk y Pavlograd, lo que causó alarma en la población. La región de Rovno ya había sido impactada y más misiles se aproximaban.
Poltava seguía siendo una zona de alto riesgo por los misiles hipersónicos Kinzhal, mientras que otros misiles volaron en dirección a Uzhgorod y Mukachevo.
El canal de Telegram Kyiv Info proporcionó un seguimiento detallado de cada lanzamiento de misiles, tanto del Kh-101 como del Kinzhal hipersónico. Según los informes, la capital seguía siendo atacada, con las instalaciones de producción y transmisión de energía como los principales objetivos.
En Kiev, fragmentos de misiles cayeron en el distrito de Dnipro, y uno de ellos impactó cerca del supermercado ‘Silpo’ en el distrito de Holosiivskyi, según fuentes de KMVA.
Rusia lanza misiles y drones contra Ucrania
El operador de la red de transmisión de Ucrania ha activado cortes de energía de emergencia, según informó Kyiv Info. Los trabajadores de rescate y el personal de energía están haciendo esfuerzos para restaurar la infraestructura dañada
“La situación sigue siendo crítica y se están aplicando cortes de emergencia adicionales según las instrucciones de ‘Ukrenergo’”, señaló el canal. Además, informes recientes indicaron que los bombarderos rusos MiG-31K y Tu-22M3 se preparaban para nuevos lanzamientos.
Ya se habían detectado dos misiles Kh-101 volando sobre la región. El sector energético de Ucrania sigue siendo un objetivo prioritario, afectando a millones de personas, especialmente con la llegada del invierno.
El uso de misiles de crucero rusos, como el Kh-101, y misiles hipersónicos como el Kinzhal, sugiere que los sistemas de defensa aérea de Ucrania, incluidos los avanzados Patriot, fueron activados. Estos sistemas, suministrados por Estados Unidos y Alemania, están diseñados para contrarrestar diversas amenazas, desde misiles balísticos hasta misiles de crucero.
La utilización de estos sistemas subraya los esfuerzos de Ucrania por proteger su infraestructura clave y las áreas urbanas de los continuos ataques rusos.
En el combate contra armas rusas sofisticadas como el Kinzhal, la activación de los sistemas Patriot cobra especial relevancia estratégica. Estos sistemas son de los pocos en el mundo capaces de detectar y posiblemente destruir objetivos hipersónicos. Las intercepciones exitosas no solo evidencian la capacidad tecnológica de la defensa aérea, sino también la colaboración entre el ejército de Ucrania y las tecnologías occidentales para mitigar los efectos destructivos de estos ataques.
A pesar de sus capacidades avanzadas, los sistemas Patriot enfrentan limitaciones, especialmente ante ataques masivos que incluyen drones kamikaze. La saturación del espacio aéreo con amenazas simultáneas complica la interceptación efectiva, debido a la cantidad limitada de interceptores disponibles en cada batería. Esto aumenta el riesgo de que algunos misiles enemigos logren eludir la defensa y alcancen los objetivos.
Rusia ha implementado esta estrategia de saturación con el fin de sobrecargar los sistemas de defensa aérea de Ucrania y reducir su eficacia. Los videos que muestran los daños causados por misiles que han logrado impactar resaltan la vulnerabilidad de cualquier sistema de defensa aérea cuando sus recursos son agotados o se dispersan entre demasiadas amenazas.
Tensión en Europa: Polonia refuerza su defensa aérea ante amenazas rusas
La utilización de drones kamikaze, más económicos, como táctica de distracción aumenta la presión sobre los operadores de los sistemas Patriot, forzándolos a emplear interceptores de alto valor contra amenazas menores.
Esta situación pone de manifiesto la necesidad de una estrategia de defensa aérea equilibrada, que combine el uso de sistemas costosos y grandes con opciones más pequeñas y accesibles, para mitigar el impacto de estas tácticas de saturación.
De acuerdo con fuentes rusas, Polonia ha elevado al nivel máximo la alerta de sus aviones de combate, con la preparación de interceptar misiles que puedan cruzar su espacio aéreo. Esta medida forma parte de un esfuerzo más amplio para proteger el espacio aéreo de la OTAN, especialmente tras incidentes previos, como el ataque con misiles en 2022 que alcanzó territorio polaco. La decisión subraya la seriedad con la que Polonia y sus aliados gestionan los riesgos de vuelos de misiles cercanos a sus fronteras.
Los cazas polacos, entre ellos los F-16 y MiG-29, están completamente preparados para responder de inmediato a las órdenes de interceptación. Esto incluye rastrear y, si es necesario, destruir cualquier amenaza potencial contra el territorio polaco o sus países vecinos.
Este escenario refleja la creciente tensión en la región y resalta la rapidez con la que la guerra en Ucrania podría extenderse a los países circundantes. La defensa del espacio aéreo polaco es un elemento fundamental en la estrategia de defensa colectiva de la OTAN.
El ataque con misiles lanzado hoy por el ejército ruso contra Ucrania se considera uno de los más significativos desde el inicio de la guerra. Funcionarios ucranianos han expresado una opinión similar, con el ministro de Defensa de Ucrania afirmando: “Esta mañana, Rusia lanzó uno de los mayores ataques con misiles y drones de la historia”.
Ucrania dispone de un número limitado de sistemas de defensa aérea Patriot, que fueron proporcionados por sus aliados internacionales en 2023. Alemania y Estados Unidos fueron los principales proveedores, enviando una batería cada uno.
Además, los Países Bajos contribuyeron con componentes para reforzar estos sistemas. Cada batería incluye un sistema de radar, un puesto de mando y lanzadores capaces de disparar interceptores como el PAC-2 y el PAC-3, diseñados para contrarrestar distintos tipos de amenazas.
Sistemas Patriot en Ucrania enfrentan desafíos frente a ataques rusos
Se mantiene la ubicación exacta de los sistemas Patriot en secreto para evitar que sean destruidos en posibles ataques rusos. Según analistas, algunos de estos sistemas estarían desplegados cerca de Kiev, protegiendo infraestructuras clave y edificios gubernamentales.
Otros podrían encontrarse en puntos estratégicos, como centros de energía o instalaciones militares en el oeste de Ucrania. Estos sistemas están integrados en una red de defensa aérea que incluye también sistemas más antiguos de la era soviética, como el S-300, creando así un enfoque de defensa en varias capas para asegurar el espacio aéreo.
El sistema Patriot funciona combinando un radar avanzado que detecta y sigue objetivos, con un puesto de mando que calcula trayectorias y determina la necesidad de interceptar una amenaza.
Los interceptores PAC-2 son eficaces contra misiles de crucero y aeronaves, mientras que los PAC-3 están diseñados para contrarrestar misiles balísticos. Esta versatilidad convierte al sistema en un componente clave para enfrentarse a amenazas aéreas complejas. No obstante, la disponibilidad limitada de interceptores deja al sistema vulnerable en situaciones de ataques masivos.
Varios factores influyen en el éxito o fracaso de la interceptación de misiles rusos. Los misiles Kinzhal, que se desplazan a velocidades hipersónicas y tienen trayectorias impredecibles, pueden superar incluso los radares más avanzados del Patriot.
Además, los ataques coordinados que combinan misiles de crucero y drones kamikaze generan un efecto de saturación, lo que obliga a los operadores a priorizar ciertos objetivos. Errores técnicos, como fallos en los equipos o en los cálculos, también pueden afectar la eficacia de la defensa.
A pesar de las dificultades mencionadas, los sistemas Patriot continúan siendo una parte esencial de la defensa de Ucrania. No solo interceptan amenazas aéreas, sino que también ejercen un efecto disuasorio, obligando a Rusia a modificar sus tácticas y a asignar más recursos para intentar superar esta defensa.