La imagen que usted está viendo corresponde a los cuatro grafemas del hebreo con los que está conformado el Nombre inefable del Eterno.
Lo que en letras del abecedario castellano, equivale a lo que ve en la imagen que sigue después de ésta línea. Recuerde que debe observar de derecha a izquierda tal y como es en el hebreo:
Por cuestiones coyunturales en la historia de los hablantes del hebreo del reino de Judá y con la finalidad de mantener intacta la pronunciación y entonación original del texto de la Torá se desarrolló un sistema que consiste en colocar signos sobre y bajo los grafemas para que cumplan la función de indicar al lector la vocalización y prolongación original del texto sacro.
A éste sistema se le llama “nequdot”.
Pero al considerarse el Nombre del Eterno tan Sagrado (al punto de ser llamado Shem Hameforásh | Nombre impronunciable) es que se tomaron algunas medidas de precaución.
En las Escrituras el Eterno recibe un título por excelencia, es la palabra “ADON-AI” que puede entenderse como “mi Amo” (a la manera como lo es un esclavo a su propietario) pero es un título exclusivo para el Eterno.
En el uso secular, o de una persona a otra la expresión “amo mío” ó “mi amo” se vierte como “adoni” sin embargo para referirse al Eterno es la expresión exclusiva: “ADON-AI”. Que es representada por los siguientes grafemas:
En el transcurso de ésta exposición se verán las siguientes nequdot:
Con las Nequdot se ve de la siguiente manera:
A continuación una vista más detallada:
Cuando comenzó a copiarse las Sagradas Escrituras incluyendo las Nequdot para las generaciones de judíos en el exilio. Se vertía el Nombre del Eterno con las Nequdot del Título por Excelencia:
El signo diacrítico “Jataf-Pataj” es “compuesto” y es la compatibilidad natural (en grafía) con la consonante gutural “álef” (א).
No así con el valor consonantal de la Iod (י) y por ese mismo motivo se “reduce” a una “e” corta: “Shéva”
El detalle que no se ha tomado en cuenta por parte de los traductores de las Biblias es que éstas nequdot no fueron colocadas para representar el sonido del Nombre del Eterno sino para que el lector (básicamente los Jazaním) reemplace en la pronunciación el Nombre del Eterno por el Título por Excelencia: “ADON-AI”.
Por: Gadiel Lifman