Dos altos funcionarios de Defensa estadounidenses que informaron a los periodistas en el Pentágono afirmaron que, entre el 17 y el 30 de octubre, las fuerzas estadounidenses y de la coalición habían sido atacadas al menos 14 veces en Irak y nueve en Siria por una combinación de aviones no tripulados y cohetes, lo que supone un total de 23 ataques.
Las autoridades afirman que muchos de los drones y cohetes fueron interceptados y no alcanzaron sus objetivos.
Las bases que albergan tropas estadounidenses en Siria e Irak han sido objeto de ataques con cohetes y drones en las últimas semanas, a medida que aumentan las tensiones en la región por la guerra entre Israel y Hamás.