El ministro de Sanidad de Israel, Yuli Edelstein, no pedirá al gobierno que prorrogue las restricciones existentes sobre el COVID-19 en Israel cuando expiren el 1 de junio, lo que significa que el país ya no exigirá pruebas de vacunación ni distanciamiento social en ningún espacio público.
La noticia se produce cuando en la última semana se ha diagnosticado una media de 27 casos diarios en todo el país, y cuando los casos activos se reducen a solo 510.
Sin embargo, el Ministerio de Sanidad dice que se seguirá exigiendo el uso de mascarillas en espacios cerrados, y que la decisión final al respecto se tomará en las próximas dos semanas.
Además, se mantendrán los límites a la entrada y salida del país, e incluso se harán más estrictos para evitar la posible entrada de nuevas variantes del COVID.
“Israel está volviendo a la normalidad”, afirma Edelstein. “Hace menos de seis meses comenzamos la campaña de vacunación. Gracias a la excelente labor de los trabajadores del sistema sanitario… llevamos a cabo la mejor campaña de vacunación del mundo. Hace tiempo que estamos cosechando nuestra recompensa con una baja morbilidad”.
“Ahora, para mi alegría, la situación nos permite anular el uso del pase verde y las restricciones del ‘pase morado’“, añade.
Pero, dice, la vuelta a la normalidad viene con un “asterisco”.
“El Ministerio de Sanidad está trabajando para continuar con la baja morbilidad y seguirá observando exhaustivamente la situación para prevenir un brote. Por supuesto, si hay un brote, tendremos que volver”.
Edelstein insta a los israelíes a no viajar a países con altas tasas de morbilidad y a atenerse a las normas de distanciamiento cuando estén en el extranjero.