El sistema carcelario de Israel enfrenta condiciones extremas de hacinamiento, afectando tanto a reclusos como detenidos, según una alerta de la defensora pública.
Hacinamiento supera límite de capacidad en cárceles
Actualmente, hay cerca de 16.000 reclusos en las instalaciones del Servicio de Prisiones de Israel, excediendo la capacidad máxima estipulada de 14.500 personas.
En febrero, solo el 54 % de los presos contaba con condiciones adecuadas de espacio, establecidas en 4,5 metros cuadrados por individuo. A pesar de nuevas construcciones, solo el 56,5 % tiene alojamiento adecuado.
Las dificultades en las cárceles han derivado en la transferencia de prisioneros a estaciones policiales.
Irregularidades en detenciones y prisiones
Un reporte reciente de la Oficina del Defensor del Pueblo evidenció el alojamiento conjunto de detenidos y reclusos, lo cual contraviene la legislación. Además, se identificó falta de insumos médicos esenciales.
Para aliviar el problema en las cárceles, muchos detenidos son trasladados a comisarías, que no están preparadas para detenciones prolongadas. Estas celdas, destinadas a cortos períodos, carecen de facilidades básicas como camas, aseos y duchas.
El primer registro de estas condiciones se remonta a 2022, cuando la oficina de Meyassed-Cnaan visitó 19 comisarías, documentando condiciones inapropiadas y falta de servicios básicos.
Acciones ante la situación carcelaria
En agosto de 2022, la Asociación para los Derechos Civiles en Israel solicitó al Tribunal Superior de Justicia que cesara estas prácticas. Aunque los servicios penitenciarios anunciaron la terminación de esta dinámica en diciembre, las denuncias resurgieron seis meses después.
Imágenes recientes evidencian la persistente congestión y las malas condiciones en las que se encuentran los detenidos en dichas instalaciones.
“Se requiere una intervención urgente para rectificar el trato de los detenidos”, manifestó Meyassed-Cnaan, instando a incluir a la oficina del defensor público en futuras deliberaciones al respecto.