Decenas de fieles israelíes que visitaron Umán para Rosh Hashaná y contrajeron el COVID-19 durante las celebraciones fingieron resultados negativos en las pruebas para que se les permitiera regresar a Israel, informó el jueves el Ministerio de Sanidad.
Las autoridades del aeropuerto internacional Ben Gurion siguieron inspeccionando a todos los que regresaban de la ciudad ucraniana, temiendo que se produjeran cientos de casos más entre los 25.000 israelíes que viajaron para celebrar las festividades en la tumba del rabino Najman de Breslov. El viernes estaban previstos otros 20 vuelos desde Ucrania a Israel.
Según los datos de la Autoridad de Población e Inmigración, 152 repatriados dieron positivo en las pruebas del virus hasta el viernes por la mañana.
En respuesta, el primer ministro, Naftali Bennett, prometió presentar cargos penales contra las personas que utilizaran resultados falsos para entrar en Israel.
“El gobierno israelí considera muy serio el asunto de los pacientes que entran fraudulentamente en Israel mediante la falsificación de documentos”, dijo la Oficina del Primer Ministro en un comunicado.
Bennett dio instrucciones a las autoridades para que tomen medidas estrictas contra quienes sean descubiertos infringiendo las normas. Los infractores se verán obligados a pagar una ambulancia para que les lleve a casa durante un autoaislamiento obligatorio de 10 días, que será aplicado por la Policía de Israel. Los que no puedan hacer la cuarentena en casa deberán hacerlo en un hotel estatal. Cualquiera que sea sorprendido saliendo del autoaislamiento antes de tiempo será detenido inmediatamente. El gobierno también estaba estudiando la posibilidad de obligar a los infectados de Umán a permanecer en cuarentena durante 14 días completos, según el comunicado.
Las autoridades aeroportuarias estaban preparadas para los incidentes, ya que habían previsto que se producirían. Un alto funcionario dijo a Israel Hayom que los peregrinos de Umán han sido conocidos por falsificar pasaportes en el pasado -dispuestos a ir a cualquier medio para llegar a Ucrania- y dijo que teniendo en cuenta estas tácticas, la idea de falsificar las pruebas de COVID no parecía demasiado descabellada.
Los funcionarios incrementaron los controles dos semanas antes de Rosh Hashaná, ya que los posibles peregrinos a Umán estaban desesperados por llegar a su destino tras habérseles negado la entrada a la ciudad el año pasado debido al brote de la pandemia de coronavirus.