El jueves, el Shin Bet y la Policía de Israel informaron sobre el arresto de dos menores bajo sospecha de haber planeado un ataque terrorista contra las fuerzas de seguridad israelíes. Según el comunicado conjunto, ambos sospechosos son residentes de la región del Triángulo, al sureste de Haifa, una zona cercana a la ciudad palestina de Jenin, que alberga a más de 260.000 árabes israelíes en 14 pueblos y aldeas.
Uno de los arrestados, quien habría reclutado al otro menor, recibió formación en fabricación de bombas. Durante la investigación, se descubrió que los detenidos poseían explosivos químicos, chalecos y radios. Además, uno de los acusados intentó reclutar a otros individuos para integrar una célula terrorista, mientras ambos visualizaban videos de entrenamiento sobre la fabricación de explosivos y cómo llevar a cabo ataques.
Los sospechosos fueron detenidos en los últimos meses para ser interrogados, y ya se presentó una acusación formal en su contra, según informaron las autoridades.
El comandante en jefe de la policía del Distrito Central, Yair Hatzroni, destacó el “grave problema de seguridad” que representan los menores israelíes involucrados en actividades terroristas, que no solo atentan contra personas inocentes, sino también contra las propias fuerzas de seguridad.
Hatzroni elogió la operación conjunta entre la Policía de Israel y el Shin Bet, destacando que esta acción evitó un desastre mayor y salvó vidas. “Seguiremos actuando con determinación, utilizando todos los medios a nuestra disposición para prevenir cualquier intento de daño a la seguridad del Estado de Israel y sus ciudadanos”, añadió en su declaración.
Este arresto se produjo solo dos días después de que las autoridades israelíes informaran de la captura de más de 60 miembros del grupo terrorista Frente Popular para la Liberación de Palestina durante operaciones antiterroristas en Judea, Samaria y el Líbano.
Las tensiones en la región siguen siendo altas desde el comienzo de la guerra en Gaza el 7 de octubre de 2023, tras la brutal masacre perpetrada por Hamás, que se saldó con la muerte de unas 1.200 personas y la toma de 251 rehenes. Desde entonces, 41 personas han muerto en ataques terroristas en Israel y Judea y Samaria, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad israelíes.