El domingo, dos habitantes de Ein Mahil, en el norte, fueron imputados por planear actos de terrorismo y establecer comunicación con agentes terroristas extranjeros, conforme a lo divulgado por la Policía de Israel y el Shin Bet tras concluir una investigación.
El primer día del año, Rami Habibullah, de 43 años y docente de profesión, fue arrestado bajo la sospecha de haber establecido contacto con miembros de Hamás en el extranjero, a quienes proveyó una fotografía y las coordenadas exactas de una instalación de Elbit Systems, empresa de defensa cercana a su residencia, con el objetivo de que la misma fuera blanco de ataques con cohetes, según lo indicado en el comunicado emitido por las autoridades policiales y el Shin Bet.
Durante un viaje a Turquía en 2022, en el marco de una misión humanitaria, Habibullah entabló relación con Abd al-Jaber Shalabi e Ibrahim Elnaji, ambos vinculados a Hamás y empleados en una compañía afiliada al grupo, tal como se desprende de la denuncia.
Para el año 2023, Shalabi y Elnaji facilitaron el contacto de Habibullah con Idris Abiat, quien opera desde Siria, revelando la acusación que Habibullah era plenamente consciente de la afiliación terrorista de sus interlocutores, pero aun así mantuvo un fluido intercambio con ellos a lo largo del tiempo.
Influenciado por el conflicto armado en curso entre Israel y Hamás, Habibullah se vio impulsado a perpetrar un atentado terrorista, decisión que tomó tras el incidente en el Hospital al-Ahli de Gaza, inicialmente atribuido a Israel, pero que luego se esclareció fue el resultado de un cohete lanzado erróneamente por un grupo terrorista.
Tras ser informado por Elnaji en octubre de que Hamás, tanto en Líbano como en Gaza, no podía ejecutar un ataque contra la instalación de Elbit, Habibullah manifestó su disposición a llevar a cabo él mismo el atentado. Posteriormente, colaboró con agentes terroristas extranjeros para reclutar a más árabes dentro de Israel en apoyo a su causa.
La investigación también resultó en el arresto de Khaled Saleh, de 35 años, quien se comprometió a participar en actividades terroristas junto a Habibullah y a suministrarle el armamento necesario.
Además, un sospechoso más fue sometido a detención administrativa, una medida que permite retener a individuos sin formulación de cargos por periodos de seis meses, renovables indefinidamente, y que otorga a los fiscales militares la capacidad de restringir el acceso de los detenidos a las evidencias en su contra.
Adicionalmente a sus planes de ataque, según la acusación, Habibullah realizó múltiples transferencias monetarias a agentes extranjeros. El 11 de abril de 2023, envió 32.000 NIS (equivalentes a 8.600 dólares) a Shalabi, y el 30 de marzo del mismo año, proporcionó 800 dinares jordanos (aproximadamente 1.100 dólares) a Abiat, además de otros 4.200 NIS (1.100 dólares) en una fecha no especificada. Asimismo, el 1 de enero de 2024, Habibullah se encontró con Abiat en Ammán, donde le entregó 200 dólares.
Las fotografías divulgadas en el comunicado conjunto muestran a las autoridades durante el registro de la vivienda de uno de los implicados.
Los delitos imputados a Habibullah incluyen el establecimiento de contacto con un agente extranjero, la obtención ilegal de materiales con fines terroristas y la conspiración para llevar a cabo un acto terrorista.
Por su parte, Saleh enfrenta cargos por conspirar para cometer un acto terrorista.
“Esta constituye una acción severa por parte de ciudadanos israelíes que concibieron un plan nefasto con miembros de Hamás, en momentos en que el Estado de Israel combate activamente contra esta organización terrorista”, declararon las agencias de seguridad, enfatizando que lograron neutralizar los planes en sus etapas iniciales, evitando así amenazas a la seguridad nacional.
Ramzi Katilat, abogado de Habibullah, expresó mediante un comunicado que las medidas adoptadas durante la investigación “merman significativamente los derechos de mi representado”, anticipando que las acusaciones serán confrontadas en los tribunales.
Estas acusaciones emergen en un contexto de creciente tensión en Israel, especialmente en Judea y Samaria y el este de Jerusalén, agudizadas por la guerra en curso contra Hamás en Gaza, provocado por ataques del grupo terrorista el 7 de octubre en el sur de Israel.
Tras declarar la guerra, Mohammad Deif, líder militar de Hamás, instó a los árabes de Jerusalén y de regiones internas de Israel, incluidos el Néguev, Galilea y el norte del país, a “incendiar la tierra bajo los pies de los ocupantes”.
El mes pasado, la policía arrestó en dos ocasiones a varios habitantes del Este de Jerusalén por planificar ataques en la capital, apoyando al grupo terrorista Estado Islámico.