Los diplomáticos israelíes que prestan servicio en los países fronterizos con Ucrania -Hungría, Polonia, Eslovaquia, Rumanía y Moldavia- visitaron el domingo los pasos fronterizos y se reunieron con los funcionarios encargados de las estaciones para discutir una posible evacuación por tierra de israelíes y judíos ucranianos en caso de que Rusia invada el país.
Como anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores, la sección consular de Israel en Kiev abrió el domingo -cosa que no suele hacer- para prestar servicios consulares a los israelíes que quieran salir del país. Pocos ciudadanos se presentaron, lo que el ministerio interpretó como una señal de que los que querían salir ya lo habían hecho.
Tras una evaluación de la situación encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores, Yair Lapid, el Ministerio de Asuntos Exteriores estimó que, en caso de una escalada con Rusia, los cielos de Ucrania se cerrarán y será difícil salir del país.
En una entrevista concedida a The Times of Israel la semana pasada en su oficina de Kiev, el embajador Michael Brodsky dijo que los israelíes deberían abandonar inmediatamente Ucrania y no contar con vuelos de rescate para sacarlos si estalla la guerra.
El ministerio también siguió sopesando la posibilidad de trasladar temporalmente la embajada a la ciudad occidental de Lviv.
Ya ha abierto una sección consular temporal en un edificio de Lviv propiedad del cónsul general honorario de Israel en el país.
El sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores hizo un nuevo llamamiento a los israelíes que se encuentran en Ucrania para que abandonen inmediatamente el país, en medio de las crecientes advertencias occidentales sobre una inminente invasión rusa.
“Un estallido [de la guerra] será rápido y severo”, decía un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.