Tres guardias de seguridad encargados de vigilar la residencia del Primer Ministro desde el exterior han dado positivo al COVID-19.
Los tres fueron diagnosticados durante las pruebas de rutina. Se realizó una investigación epidemiológica, y el personal de seguridad que estuvo en contacto con los tres fue sometido a pruebas de coronavirus también, y resultaron negativas.
El Primer Ministro israelí Binyamin Netanyahu dio negativo para el coronavirus a principios de esta semana. No es necesario que se auto-aísle, ya que los guardias de seguridad afectados no entraron en contacto con él.
El sábado por la tarde, el Ministerio de Salud israelí anunció que 177 personas han sido diagnosticadas con coronavirus desde el viernes, y el número total de casos activos es actualmente de 3.315.
De ellos, 35 personas están en estado grave y 26 están con respiradores. Un total de 15, 357 israelíes se han recuperado del coronavirus.
El 4 de mayo, al levantar las restricciones, Netanyahu advirtió al país de que había tres formas de detener la flexibilización de las restricciones: en caso de que se produjeran 100 nuevos casos diarios de infección, excluyendo a las personas que llegaran del extranjero, los brotes en hogares de ancianos y los que vivieran en pueblos o ciudades que actualmente se definen como focos de brotes; en caso de que la tasa de infecciones volviera a duplicarse en un plazo de 10 días; o en caso de que el número de pacientes en estado grave llegara a 250.
Hasta ahora, Israel ha cruzado las líneas rojas en dos de las tres categorías, observando muy rápidamente que el número de pacientes pasa de un promedio de una docena al día, a docenas, luego a 100 y ahora a más de 200 cada día. Entre el jueves por la noche a las 19.30 horas y el sábado por la mañana, se diagnosticaron unas 407 nuevas personas con el virus, una media de 203 personas al día.
Aunque muchos de los pacientes proceden de “zonas rojas” designadas, entre ellas las ciudades beduinas de Ar’ara, Hura y Rahat en el sur, el sur de Tel Aviv, la comunidad haredi (ultraortodoxa) de Bnei Brak y las zonas haredi de Jerusalén y Safed, al menos la mitad de los pacientes en cada período de 24 horas parecen proceder de otras localidades que no están etiquetadas como problemáticas.
Una razón podría ser el aumento de las pruebas. El mes pasado, el Ministro de Salud Yuli Edelstein anunció un cambio en la política de pruebas que ha permitido al país hacer pruebas a 17.000 personas por día – hubo 12.065 personas examinadas el viernes. Cuantas más personas se hagan la prueba, más resultados positivos habrá.