Israel modificó el miércoles su política de cuarentena y pruebas del COVID-19 como parte de los esfuerzos para gestionar los recursos y garantizar la protección continua de las personas vulnerables en medio del aumento de las infecciones alimentadas por la variante Ómicron.
Las pruebas de PCR se destinarán a las personas mayores de 60 años o con sistemas inmunitarios débiles, mientras que las personas con menor riesgo se someterán a pruebas rápidas de antígenos, según el Ministerio de Sanidad.
Las personas que no pertenezcan a los grupos de mayor riesgo y se hayan vacunado contra el COVID-19 podrán utilizar kits caseros para determinar inicialmente si necesitan autoaislarse tras la exposición a portadores del virus.
“Se trata de un cambio importante destinado a identificar antes a las poblaciones de riesgo, intervenir y prevenir la enfermedad grave. Ahora nos fijamos menos en las tasas de infección”, dijo el director general del Ministerio, Nachman Ash, en una conferencia de prensa.
Israel espera que sus reservas de medicamentos antivirales de Pfizer Inc y Merck & Co Inc contra el COVID-19 ayuden a mantener bajos los ingresos hospitalarios y los casos graves, aunque se espera que los casos diarios aumenten hasta alcanzar cifras récord en las próximas semanas.
La nueva política entra en vigor el viernes 7 de enero.
Mantener la economía abierta
Hasta ahora, las personas expuestas a portadores confirmados de COVID-19 debían someterse a las pruebas oficiales. Si daban positivo, debían someterse a las normas de cuarentena impuestas por la policía.
Con la normativa anunciada el miércoles, se confía a las personas vacunadas la realización de la prueba en casa y la comunicación del resultado con exactitud. Al procesar menos PCR, los grupos de riesgo obtendrán antes sus resultados.
“En los próximos días nos acostumbraremos a hacer las pruebas nosotros mismos… lo que nos permitirá mantener la economía abierta”, dijo el ministro de Sanidad, Nitzan Horowitz.
Los que superen la prueba casera estarán libres de aislamiento. Los que obtengan un resultado positivo deberán someterse a una segunda prueba de confirmación en una clínica.
Israel ha confirmado alrededor de 1,4 millones de infecciones desde el inicio de la pandemia y más de 8.000 muertes.
Alrededor del 60% de sus 9,4 millones de habitantes están totalmente vacunados, según el Ministerio de Sanidad. Esta semana ha comenzado a administrar una cuarta dosis de vacunas a los grupos de riesgo.