El Ministerio de Asuntos Exteriores emitió el jueves una advertencia de viaje a Etiopía después de que el país africano decretara el estado de emergencia, tras un año de una guerra civil que ahora amenaza con envolver la capital, Addis Abeba.
La advertencia recomendaba a los israelíes que tuvieran previsto visitar Etiopía que evitaran cualquier viaje no esencial y decía que los que estuvieran allí deberían considerar su salida.
El ministerio aconsejó a los israelíes que se encuentran en Etiopía “que extremen la vigilancia y se mantengan actualizados sobre el progreso de los combates en el país en general y la situación en la capital en particular”.
“El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda abstenerse de ir y/o permanecer en las zonas de conflicto, y [aconseja] escuchar las instrucciones locales sobre las horas de toque de queda, las reuniones y los límites de movimiento”, añadió.
La advertencia se produce en un momento en que los combates entre el gobierno etíope y los rebeldes de Tigray se han intensificado tras un año de guerra que ha causado miles de muertos y millones de desplazados.
Las fuerzas de Tigray se han apoderado de ciudades clave en los últimos días y se han unido a otro grupo armado, lo que ha llevado al gobierno del segundo país más poblado de África a declarar el estado de emergencia nacional con amplios poderes de detención.
El miércoles, el presidente Isaac Herzog instó a la rápida extracción de los judíos etíopes que quedan a la espera de emigrar a Israel desde Etiopía.
“Los anhelos del pasado son en gran parte el fundamento de este día sagrado, pero es importante que no descuidemos ni por un momento nuestros anhelos para el futuro”, dijo Herzog en una ceremonia en Jerusalén para celebrar la fiesta judía etíope de Sigd. “Miles de personas siguen esperando para hacer aliyá a Israel, y algunas de ellas están amenazadas y en una situación preocupante. Debemos seguir actuando para traerlos a Israel rápidamente”.
Se cree que hay entre 7.000 y 12.000 etíopes esperando para trasladarse a Israel, muchos de los cuales viven en la región de Tigray, el corazón del conflicto. Otros, que abandonaron sus pueblos hace años, se ganan la vida a duras penas cerca de Gondar y Addis Abeba, donde se encuentran las principales comunidades judías.